DOLOR PRECORDIAL

[ADELAINE SOTO ALVAREZ]

Un dolor precordial
suena como relámpago
Y corro a los brazos
del buitre más cercano
Sin advertir su ponzoña
y sus dientes malévolos

Pero recurro a él
como única salida
En este reino grande
Que me sabe a selva cotidiana

Me brinda sus antídotos
Y un tenaz desayuno
Me remienda las grietas
Y luego me atrapa
Entre sus telarañas

Sin ver como mis días
Se vuelven hojas secas
Para el convoy de paso

Sin ver como anochecen
mis ojos
en una espera larga.

[Marìa Garcìa]

ADELAINE SOTO ALVAREZ nuevamente has logrado inspirarnos con tus versos, y abstraernos en la reflexión de los insondables sentimientos humanos.

 

El tema con el que hoy deleitas nuestras más profundas emociones, es una realidad que viven muchas mujeres del mundo, el miedo a quedarse solas, el temor a sentirse abandonadas, y sin el amor de un alma que corresponda a sus sentimientos.

 

Y es en este nivel de desesperanza humana, que la persona se sostiene del primer tronco que se le cruza en el río, del primer salvavidas aparente que le lanzan en el mar de las angustias, se sostiene en las alas del “buitre más cercano”, pensando que su dolor llegara a su fin, y realmente ese es el momento en que comienzan sus verdaderos males, independencia sádica con la persona, sometimiento carnal, esclavitud sexual, “vampirismo emocional”.

 

Es mejor estar solos antes de caer en las ponzoñas y dientes malévolos del primer depredador que veamos en el camino. Lo mejor es huir ante el primer signo de “dolor precordial”

 

Gracias amigo poeta

[Elias Antonio Almada]