Había
caminado tanto y tanto,
Siguiendo la ruta de sus antepasados,
Desde los principios del horizonte
Hasta el final de su propia tierra.
El
fiel corcel moro,
Compañero fiel de tantas aventuras,
También estaba agotado y viejo.
Habían recorrido la Fenicia toda,
Y
era la hora de decir adiós
A los caminos.
En
una playa frente al Mediterráneo,
Despedió a su fiel caballo,
Y
este obediente se perdió entre las dunas.
En aquel lugar una barca le esperaba,
Donde un buen hombre agarraba firmemente
el timón,
Al subir, desplegó las velas,
un buen viento los llevó mar adentro.
Navegaron mas allá de la estrella Venus,
Cruzaron las galaxias,
Hasta detenerse en el blanco templo de Dios.
Él al verle, exclamó:
-¡Bien venido hijo de los poetas!-
lo sentó a su lado...
Y
juntos observaron la Tierra,
tan herida
por la ambición del hombre..
Amir Ibn Taufik
Derechos Reservados
aamiribn@yahoo.com
Comentario
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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