EL LEGADO DEL ABUELO
Al amanecer apenas despertaba, miraba las montañas que de tan lejos que estaban se veían azules, envueltas en su rebozo de nubes, como hubiera querido ir allá, decían que había tantos árboles que no cabían en los cerros, aquí en su tierra sólo había llanos de girasoles que bailaban al medio día en el campo verde. Su abuelo le había advertido que pasarían días desde que se lo trasmitió, los días se le hacían cortos, esperando ese momento. Por las tardes corría en el llano oliendo la yerba tierna, adivinando en la brisa la llegada de la tormenta; Cuando llegaron las nubes venían las lluvias; entonces salía corriendo de la casa de adobe donde vivía, saltaba, agitaba las manos, su cabello para ver si pasaba lo que el abuelo le contó pero nada. Desde hacía unos meses se soñaba mirando su reflejo en el ojo de agua, veía sus manos, su cara del color de la tierra mojada que contrastaba con la camisa de manta blanca y con sus dientes, de la boca le salía un vapor blanco que poco a poco le cubría la cara, sentía como ese frio le acariciaba, cuando el vapor estaba por taparle los ojos, despertaba en el petate encontraba pequeños granizos que brillaban como estrellas rotas; los escondía entre los dedos para sentir más frio que no era como el de las heladas de enero, no ese frío era diferente, no se pegaba a su mano y tampoco quemaba su piel, por eso podía guardárselos hasta el amanecer con los primeros rayos del sol se volvían niebla al ir subiendo formaban figuras, un gato, un elefante, un árbol, un alacrán, hasta que no se podían distinguir. Tuvo este sueño muchas veces, siempre antes de que llegaran las lluvias.
Paso mucho muchísimo tiempo, sus brazos se hicieron fuertes por el trabajo en el campo, su piel brillaba con el sol como si fuera un animal hecho de madera.
Una tarde cuando cumplió veintitrés años salió a buscar un becerrito, era julio y las nubes negras parecían quererse tragar la tierra, al llegar al ojo encontró a la becerra, había empezado a llover muy fuerte. El animal no se quería mover y decidió esperar para ver si escampaba un poco pero en lugar de eso, el cielo se volvió salvaje, rugía con voz de trueno, se ennegreció la tarde en unos momentos, la tormenta rasgaba la oscuridad con sus garras de relámpago, de repente se dio cuenta de que sus guaraches se llenaban de granizos como el despertar del sueño miro hacia arriba al momento que el cielo partiéndose en dos le escupió un rayo azul, cuando despertó, lo primero que vio fue la cara de su abuelo, esa cara morena llena de caminos antiguos, con esos ojos de humo el anciano sonrió mostrando sus pocos dientes de maíz tierno, su voz sonó suavecito como la llovizna. ¿--te ha pasado verdad? nomás era cosa de esperar que solito llegará el don. A los pocos días pudo salir de nuevo, sintiéndose liviano como si su carne estuviera hueca, sus ojos habían adquirido un color parecido al de las brasas del fogón, ya no eran negros.
El don vivió en su cuerpo muchos meses antes de que lo pudiera usar. Al principio fueron algunas brazas, después comenzaron las lloviznas, hasta que llegó el momento que con sólo decirlo, no importaba que el cielo estuviera desierto de nubes, pues llegaban de quien sabe dónde y comenzaba a llover, primero quedito, pero luego había que meterse a la casa, para no empaparse y el aguacero duraba hasta que él quería.
Desde que pasó eso ya no sentía, ni calor, ni frío, no sudaba aunque el sol le bañara su carne, podía andar sin camisa en plena madrugada en el mes de febrero, y ni siquiera titiritaba.
Durante mucho tiempo, gente de comunidades cercanas venían a verlo y él llevaba las lluvias a sus tierras sedientas o bien detenía las heladas que mataba sus campos. Ahora a tantos años de aquello, su fuerza no le da más que para briznas suaves, el don se le va poco a poco a los huesos.
Por la tarde sentado en un viejo banco de madera apolillada, mira correr por los campos a la niña con piel de canela, su nieta y se pregunta ¿si ya empezó a tener el sueño del reflejo en el ojo de agua?
AUTOR: MARTHA MIRANDA GÓMEZ
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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