EL PECADO

[DIOSELINA IVALDY DE SEDAS]

EL PECADO

 

 

Carcoma que destruye lo íntegro del hombre

lava ardiente que consume internamente

hasta cautivarlo en las  redes infernales

transformándolo  de sutil a penitente.

 

 Con fuertes cadenas lo ata a su antojo

y goza el ángel caído de su gran hazaña,

el hombre pisa sobre tierra movediza

¡Quiere salir! Pero el ángel sabe su maña.

 

Cada vez se hunde, precipitado, hasta el fondo;

una gran orquesta con música estridente,

ensordece sus sentidos con siniestra fiesta

quedando a la merced del vil inclemente.

 

¿De qué hablo preguntan? ¡Les hablo del pecado!

Te enamora con astucia, hasta dejarte atrapado.

 

Pero existen buenas nuevas de salvación,

entregando las cargas a nuestro redentor

con un corazón contrito y arrepentido

porque  Dios es un ser de pactos y de amor.

 

Cuando el hombre busca la presencia de Dios

como un torbellino sale el espíritu inmundo,

se desboca en el vacío, liberándolo al fin.

y bendiciones divina, inundan su mundo.

 

Dioselina Ivaldy De Sedas

Panamá, 24 de agosto de 2015

[Ingrid Zetterberg]

¡Qué precioso, amiga Dioselina! ¡qué magistralmente has descrito una gran verdad espiritual !! mucha gente ignora el peligro en que se encuentra, y es que el enemigo de nuestras almas, (el diablo) "anda como león rugiente buscando a quien devorar, porque sabe que le queda poco tiempo" lo dice exactamente así, la Biblia, y mucha humanidad ignora el peligro en que se encuentran sus almas, y no hallan paz, y buscan el bienestar en diversiones mundanas, pero el bienestar y la paz se alejan, ya que solamente pueden hallarse en una estrecha relación personal con Jesucristo, nuestro divino Salvador. Felicito tus letras y el mensaje tan valioso que aquí dejas, y te invito a visitar mi reciente poema titulado: "Cuando un árbol perece", cuyo link es: http://sociedadvenezolana.ning.com/profiles/blogs/cuando-un-rbol-pe...  Recibe mi abrazo fraternal.

[Elias Antonio Almada]

[Maria de los Angeles Villar]

DIOSELANIA

Cuando el hombre busca la presencia de Dios

como un torbellino sale el espíritu inmundo,

se desboca en el vacío, liberándolo al fin.

y bendiciones divina, inundan su mundo.