EL POETA Y LA VIDA

[Federico Landaeta]

                                               EL POETA Y LA VIDA
                       Publicado en la columna “DEL ALMA” de Federico Landaeta
                                                Revista “BOHEMIA”

Dicen que la historia cuenta lo que acontece, pero la poesía habla de lo que debería acontecer. Y es que la poesía es la máxima expresión del sentimiento humano, del vibrar armonioso de las fibras más sutiles del corazón… y poeta es aquel que sirve de instrumento para que esas impalpables manifestaciones proyecten la Luz en un mundo signado por la oscuridad y por las tinieblas. Difícilmente sucederán las cosas en la forma en que el hombre espera que ocurran, así que el poeta plasma en una poesía sus anhelos y sus expectativas, las cuales suelen poseer una buena dosis de ilusión.
Pero como nada malo tiene vivir en la ilusión, el poeta echa a volar sus ideas y convierte sus sueños en realidades que le permiten pasar por el mundo disfrutando de fugaces momentos de alegría… Así el poeta dice que las cosas deberían ser eternas, que el Amor no debería conocer limitaciones y que la felicidad es el legado que el Padre Amoroso puso en este planeta para que todos sus hijos disfruten de la Bienaventuranza sin fin. No hay poesía más sublime que la vida misma, y siendo que el poeta que la manifiesta no es otro que el Eterno Bienamado, vemos claramente que la máxima expresión de sensibilidad poética corresponde precisamente al responsable de que cada mañana la Luz desplace a la oscuridad, de que lleguen las lluvias para que todo reverdezca, de que las gotas de roció no permitan que las plantas se sequen, de que la Creación sea un proceso continuo que sigue vigente gracias a la propagación de las especies y de la evolución de minerales, plantas y animales hacia los Reinos Superiores…
A pesar de que la poesía es, hasta cierto punto, algo subjetivo, mientras la historia trata de ser objetiva, sería preferible que viviésemos como el poeta, porque la historia es escrita por los vencedores, lo cual la hace inexacta y caprichosa mientras que el mundo de las rimas, a pesar de su subjetividad, se encuentra impregnado de la esperanza, de la armonía y de la oculta realidad que lleva al hombre a lograr el estado de conciencia que algún día habrá de abrirle las puertas que dan acceso a las regiones infinitas donde reina la Paz, la Armonía y el Amor… el reino de la utopía hecho realidad…

 

Autor: Federico Landaeta

Columnista de la Revista Bohemia