Y sigue diciendo Antonio Hernández. "Sí yo tuviera la sabiduría popular de Emilio José -ese don por el que una persona parece provenir de otro tiempo- podría decir que, aunque lo frecuente nada más que desde hace cinco años, lo conozco desde hace cinco siglos. Cinco siglos parece tener de existencia este cantautor que hereda en su garganta toda la quebrada desazón del cante flamenco, que él alivia de rigores, convirtiéndolo en algo mas dulce, sin que la dulzura, como en otros casos, suponga afectación alguna. Emilio es natural de tierra brava cantaora y no podía ser de otra manera cuando la manera es meterle al nido de la canción el pájaro terrible del cante jondo.
Su voz rompe y mece en esa claridad rota, en esa síntesis y en esa sinestesia, está su poder, que es el de trasladarnos a un mundo sonoro de contrastes en el que asoma la pluma del ángel y la propuesta oscura del demonio. Apolo y Dionissos, dicho de otra forma, sin que él lo sepa, aunque, más de una vez, al escucharse la voz entreverada de brisa y de tormenta, lo haya intuido. Emilio José, además, es compositor, y todo esto lo aleja de una turba de vocalistas mediocres que quieren comparársele como si al vinagre le fuera posible acercarse al San Patricio y sin rubor alguno. Que muchos nos dediquemos a una misma cosa no quiere decir que nos haya elegido, ni que la acariciemos, porque, en más de un caso, solemos castigarla sin la piedad que esgrimía el conocimiento. Y, por otro lado, no conviene confundir Arcos de Jalón con Arcos de la Frontera, el culo con las témporas, o lo que es lo mismo, la interpretación con la creatividad porque se corre el riesgo de aparecer como bobo. Emilio José hace las cosas espléndidamente porque es un artista integral, un pura sangre que lo mismo da a la luz una música, la expande y, para completar el cuadro, lo hace con letra propia, que es lo que ahora presentamos con la propiedad y la ventaja de haberlas voceado muchas veces, desde que ganó avasallando el Festival de la Canción de Benidorm con Soledad, un nombre, y una historia de amor, que nos ha dado compañía a muchas generaciones. Es curioso que, por dicho evento concursante, tuve una noticia de Emilio José que no procedía de la pequeña pantalla, ni de las emisoras de radio, la prensa seria o la del corazón, las cuales, desde aquel momento, se llenaron de amapolas, campo, matorrales, aldea, agua, manantial, luz y ternura sin que se quebraran, porque, en lo mas lisonjero -la extraordinaria canción de Emilio- tampoco sobraba un ápice de tanto peso. Fue el gran poeta Ángel García López -jurado en el premio junto con otros destacados líricos- quien me la dio, sorprendido, desde luego, por la calidad de la letra. Desde entonces tuvimos un compañero que llevaba una guitarra con la que acompañaba su asombro, las cosas dándose golpes de belleza. El tiempo, que aligera el mundo de mitos para presentarnos a las personas de carne y hueso, me lo trajo después, y no puedo sustraerme a la tentación, tal vez tópica, de asegurar como en trato mejora una imagen difícilmente superable. Emilio José es una gran persona, y por eso, cuando canta, parecece que ha venido al mundo para aligerarnos de una remota deuda. No podía ser de otra forma porque, detrás del artista, si hay emoción y luminosidad, se esconde un hombre de una pieza, que se transfigura para transfigurarnos. Se transfigura desde el único tiempo en que uno tiene capacidad para hacerlo: desde la infancia, que a él, le alhaja el ánimo. Decía Baudelaire que el genio consiste en recobrar la niñez, y, así, uno se explica que a Emilio no lo abandone ni una ni otra cosa. El corrió por sus campos natales andaluces, se llenó de gloria y aún le revienta el sol del tiempo que no cesa, el de nuestra patria más duradera, esa que tiene su capital en los primeros años. Después, tuvo que irse a Cataluña. Pero ya llevaba consigo el hado que es pródigo en claridades. Sus letras son difíciles de imaginar sin música porque Emilio José se ha acostumbrado a acunarlas con los seis puñales mágicos de Vicente Espinel, y, sin ellos, sangran menos de luces. Pero si no podemos decir que brotan como poesía, en el sentido que modernamente establece y exige el término, sí podemos asegurar que irrumpen orladas por un legítimo acento de lírica popular que nos transporta a las fechas sencillas del corazón. Y eso es el chorro de inmensas sonoridades: corazón. Corazón y trabajo, porque, entre tanto entusiasmo de admirador y de amigo, se me olvidaba decir que Emilio, por encima de todo, es un profesional al que cuando le llega la inspiración lo coge trabajando. Ya se sabe que el arte es una larga paciencia, un acoso a las musas, un quehacer que sólo extenúa si el trabajo intenso en algo afloja. Mas con una condición o cualidad previa: talento. Emilio José participa de dicha dualidad enamorada. Y, en esa plenitud, no es extraño que enamore con lo que hace."
Antonio Hernández.
Desde allí, desde Barcelona, comenzó a cantar en colegios y universidades hasta llegar a "Barrio de los Marineros", su primer sencillo grabado en la discográfica Belter, a partir de ahí, recordando a su tierra natal Andalucía, compone: "Campo Herido", "Rincón Andaluz", "Se lleva una copla el viento", "Queja en el aire", "Homenaje" (dedicada a Pablo Picasso)..., canciones que le sitúan en destacados lugares de las listas de éxitos y con las que inicia la llamada "Nueva Canción Andaluza", de la que Emilio José fue sin duda el pionero.
En 1973, Emilio José ya tenía un lugar reconocido en todos los medios de difusión, pero todavía quedaba algo. Y llegó "Soledad", 1º premio del festival de Benidorm, por una abrumadora mayoría de votos, pero la cosa no se detuvo ahí, "Soledad" cruzó los mares que tan dentro llevaba Emilio y convertida en su buque insignia, conquistó corazones y continentes, fue grabada en varios idiomas y cantada por multitud de cantantes y orquestas que aún hoy siguen haciendo versiones de ella.
Emilio José continuó su carrera y grabó su tercer L.P. "Por un adiós" y en ese disco otra canción de gran éxito, "Nuestra Playa", en 1974, que obtuvo destacados lugares en las listas de éxitos de varios países. Emilio José comienza su gira por Latinoamérica en Chile, siendo artista invitado en el Festival de Viña del Mar, compartiendo escenario con Roberto Carlos, Julio Iglesias y Sandro. De aquel primer viaje guarda bonitos recuerdos, cuando comenzó a cantar "Nuestra Playa", la Quinta Vergara se iluminó y al llegar al estribillo de la canción, todo el auditorio cantó con él, haciendo latente la entrega de su público.
Un año más tarde, en 1975 salió al mercado "Para ti, que has volado tan alto", trabajo dedicado a la memoria de su padre. Con canciones como "Sola", "¿Dónde va tu viento marinero?" y "Mi barca", canción que se quedó un poco escondida por aquello de que solo se promocionan algunas canciones de las muchas que hay en cada trabajo. "Marinero Cantor" apareció en 1976 y arrasó nuevamente. (Estoy mirando la mar, pensando estoy en mi amor, estoy oyendo cantar, a un marinero cantor...). Nuevamente el mar, ese mar que le caló tan dentro, se reflejaba en la música de Emilio José. Y como "Mi barca" es una canción preciosa que todo el mundo le pedía en sus actuaciones, la retomó, cambió el tiempo y abrió con ella su sexto L.P. Durante dos años estuvo esta canción en las listas de Miami, premios, viajes, actuaciones..., su presencia en América se incrementaba y Emilio José no descansaba un minuto.
"Alma de Romero" en 1978, con canciones como "Ser en la vida romero" (basada en el poema de León Felipe "Ser en la vida romero": Ser en la vida romero, romero solo que pisa siempre por caminos nuevos, pasar por todo una vez, una vez solo y ligero, una canción que le acompaña siempre donde va.) "Puerto pescador", "Pequeño amor"..., configuran otro maravilloso disco de Emilio José.
"Porque poeta yo soy", en 1979, con temas como "Carolina", "Poeta" o "Aprende a cantar", fue otro gran éxito en la carrera de Emilio José.
En 1980, salió al mercado "Amigos", su octavo L.P. Con canciones como: "La calle del ayer", "A veces", "Pan con manteca y Pipo"..., Fue su último disco con Belter, firmando un nuevo contrato con Hispavox.
El primer disco con su nueva discográfica vio la luz en 1983. "Un paso adelante", que con la canción del mismo título inundó el mercado y el espíritu de todos sus seguidores de optimismo y esperanza. "Vuelve mujer", "Cuando te digo te amo" y "Mirar la vida con ojos nuevos" eran algunas de las propuestas del cantautor. De nuevo, primeros puestos en las listas de éxitos y el reconocimiento de su público.
Al año siguiente se publicaba "Y mientras tanto... amándote", en el cual Emilio José continua cantándole al amor en su estado más puro y bello. "Me equivoqué", "Decir amor", "Campeón", dedicada a su hijo José Emilio, entre otras, que formaban un bonito ramillete de canciones que tuvieron una gran acogida entre su público. En el caso de "Mientras tanto... amándote", fue grabada en varios idiomas por Nana Mouskuri, con gran éxito internacional.
En 1985 aparece "Victoria", otro éxito de este cantautor, en el que esta vez convierte en canciones sus propias vivencias y las de la gente que se encuentra en el camino. "Mi primer amor", una preciosa canción de este L.P., y "Sin darnos cuenta", forman parte de este trabajo que sin duda hizo honor a su nombre. Durante todo este tiempo Emilio José no dejaba de trabajar en conciertos en directo en España y en Latinoamérica. Premios y reconocimientos llenaban el estudio de su casa de Madrid, el lugar para trabajar, componer y reunirse con sus amigos y colaboradores. En 1988, sale al mercado "Meridiano", su último trabajo con Hispavox y en el que Emilio José recuerda y compone "Si el amor pisa mi orilla", "La paz, mi paz, tu paz", "Un pueblo es como un amigo"...
Emilio José hace un paréntesis y comienza a trabajar en un proyecto que llevaba tiempo en su cabeza y del resultado de este laborioso trabajo nace "Poetas andaluces" (un homenaje en vida, como el propio cantautor explica, "a la poesía y a los poetas de mi tierra, porque siempre se les suele homenajear después de su muerte"). Pone música a textos de Rafael Alberti, Luis Rosales, Pablo García Baena, Montesinos, Antonio Hernández ..., once preciosos poemas convertidos en canciones. "Poetas andaluces" es presentado en Madrid a finales de 1991, con la asistencia de los poetas y mil doscientas personas más que recuerdan aquel acto como algo extraordinario de una talla sin igual. Anécdotas tan divertidas como la de Rafael Alberti, que le comentaba "que nunca le habían hecho una canción tan bonita..., ni tan larga", "Elegía al niño marinero", "Nana" de Luis Rosales, al que se le iluminaban los ojos cada vez que la escuchaba y otros tantos bellos recuerdos, hacen de aquel momento uno de los más satisfactorios en la dilatada carrera de este artista.
Más tarde Emilio José decide celebrar sus 20 años en la música y recuperar ciertas canciones que en su trayectoria habían tenido un significado especial, invita a unos cuantos compañeros a participar en el trabajo y graba de nuevo "Soledad" ahora a dúo con Paloma San Basilio, "Ni contigo, ni sin ti" con Juan Pardo, compone "Volver a Marrakech" y la canta con Antonio Carmona del grupo Ketama y para que haya más novedades compone dos boleros y así ve la luz en 1994, "20 años... y un bolero". Sus 20 años de trabajo en el mundo de la música y "Un bolero", una preciosa canción que le ha dado muchas satisfacciones.
En 1997, salió el penúltimo trabajo de Emilio José, "Junto a ti", con canciones como "Voy a cambiarte la vida", versionada por artistas como Los del Río, "Tus besos", una bellísima canción de amor con el sello inconfundible de Emilio José o "Guitarra del ayer", "Todo y Nada" y "Playa de Oyambre", en las que Alfonso Ussía aportaba todo su saber literario. Estos y otros temas componen un trabajo completo y rebosante de la experiencia y calidad, que impregna cada canción de Emilio José.
Tras este disco, Emilio José se vuelve a embarcar en otro de sus anhelados proyectos y junto al cambio de milenio, en pleno año 2000, publica "Mi querida América". En este su ultimo trabajo, rinde homenaje a su segunda patria, ese crisol de países que forman Latinoamérica y al que le unen tantas vivencias, amistades y emociones. Temas clásicos como "Ansiedad", "Que te vaya bonito", "En mi viejo San Juan", "Moliendo Café", "Yo vendo unos ojos negros", "Cuando salí de Cuba", "Quisqueya" o "Espumas", que con la personal voz de Emilio José, se presentan como un trabajo imprescindible para cualquier amante de la buena música.
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En el 2004 Emilio José lanza "Te Quiero Querer" en America al año siguiente en España, con canciones como "La paz, tu paz, mi paz", "Navegando voy", "Te quiero querer" y "Si un día me voy" entre otros. |
En la actualidad se encuentra preparando un segundo volumen de "Poetas andaluces" para un disco doble libro entre los que irían poetas como Juan Ramón Jiménez, Machado, Caballero Bonald, Maria Zambrano, Antonio Gala y otros.
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