- Yo también tuve una mascota, pero la mía era una bella gatita, con ojos de distinto color y una hermosa cola gruesa, llamada Lulú. Tuve que regalarla, porque se enamoró de mí.
Mirando a la lejanía como hilvanando los recuerdos, Julián lo dijo, confesando con algo de vergüenza y alivio a la vez, mientras, sus amigos, que estaban celebrando con unas copas de vino y tentempié, la nueva mascota de la anfitriona- un precioso cachorrito chow chow- lo miraban, sorprendidos y expectantes, sin saber cómo reaccionar.
- Pero, Julián, ¿en qué te basaste para concluir que estaba enamorada de ti?
Susana lo expresó casi musitando, mirándolo entre sonriente e incrédula; mientras todos los demás asistentes esperaban atentos su respuesta.
- Yo vivía solo en un pequeño departamento .Así que acepté gustoso que me la regalaran...pero al tiempo después percibí extrañas conductas de Lulú: cuando me duchaba ella siempre quería estar conmigo así que tomé la costumbre de cerrar la puerta para que no entrara...es más, cuando yo salía de la ducha ella se pegaba a mis piernas y se frotaba, ronroneando, esto aumentó de mal a peor, pues se ponía a maullar, arañando la puerta del baño y se le caía el pelo por montones... hasta que decidí , para que no sufriera más, regalársela a un amigo que tenía una casa grande.
- ¿Y la has visto ?
- Sí, fue hace pocos años. Cuando me estaba acercando a su nueva casa la divisé acostada en un costado del techo, como si fuera la dueña del mundo. Me miró indiferente... justo cuando me vio el amigo para saludarme. Ahí yo le pregunté que cómo estaba Lulú y si se había adaptado a su nuevo hábitat....me contestó riendo, que inmediatamente se llevó bien con todos y que incluso se bañaba en la piscina con sus hijos. Eso me extrañó mucho, pues yo sé que los gatos rechazan el agua...esa fue la última vez que la vi.
Lo que nunca supo Julián es que decodificó mal todas las señales que emitía su ex mascota y que nunca estuvo enamorado de él, como suponía; simple y llanamente era una Van turca. Una especie acostumbrada a vivir en contacto con el agua y que cambiaba de pelaje en determinadas estaciones del año
© María Rosa Rodríguez Araya
Comentario
Hermosa y tierna historia llena de amor... Te invito amiga a leer: Jinetes del Apocalipsis o cualquiera de mis trabajos literarios, un abrazo!
Robert
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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