SOBRE LA OBRA PEQUEÑAS CONFESIONES
Por ALBERTO O. CABREDO
Para presentar esta obra, de la dilecta escritora Lupita Quirós Athanasiadis llamada PEQUEÑAS CONFESIONES, considero importante aportar como preámbulo algunos señalamientos que sustentan la importancia del empeño de la autora y tantos otros escritores de contribuir a la literatura, ese arte que en su obra El viaje a la ficción precisa Mario Vargas Llosa como “… una hija tardía de ese quehacer primitivo, inventar y contar historias, que humanizo a la especie, la refinó, convirtió el acto primitivo de la reproducción en fuente de placer y en ceremonia artística… y disparó a los humanos por la ruta de la civilización, una forma sutil y elevada que solo fue posible con la escritura, que aparece en la historia muchos miles de años después de los lenguajes. …”, y es que en el específico caso de Lupita Quirós Athanasiadis, es claro el empeño de contribuir a todo aquello que la literatura implica, tanto para el escritor como el lector, a este respecto basta señalar que la autora de PEQUEÑAS CONFESIONES ha publicado más de ocho obras, y lo hace con la dificil la brevedad que exige el género literario que desarrolla.
Además, considero pertinente señalar que el mencionado premio nobel de literatura expresa a su vez en la misma obra: “Diversión, magia, juego, exorcismo, desagravio, síntomas de inconformidad y rebeldía, apetito de libertad, y placer, inmenso placer, la ficción son muchas cosas a la vez, y, sin duda, rasgo esencial y exclusivo de lo humano, lo que mejor expresa nuestra condición de seres privilegiados, … capaces de burlar las naturales limitaciones de nuestra condición, … que nos condena a tener un solo destino, una sola circunstancia, gracias a esa arma sutil, la ficción. Y retomando el tema que nos ocupa, en PEQUEÑAS CONFESIONES, cada uno de los once cuentos evidencia esa capacidad de recrear diversos universos para narrar aquello que llama la atención de la autora, que nos permite a través de diversas temáticas escudriñar en la naturaleza humana, sus afanes, incógnitas, preocupaciones existenciales, falencias, flaquezas y apetitos - en algunos casos, con fina esa ironía que llama a la reflexión y en otros, colocando sin rodeos al lector frente a un tema que pone a prueba su juicio crítico frente a determinada conducta -, todo ello, obligándolo además a mirar tras la cortina de lo escrito, para develar o profundizar en todos los caminos paralelos que se revelan luego de leer cada narración (No se olvide que el cuento es un relato que encierra otro relato). Y es que estamos frente a una autora, que no teme contar lo que observa con absoluta franqueza, liberalidad, gracia, soltura, presición y un despliegue de imaginación que nos hace pensar que cuenta los hechos como quien que ve pasar la procesión de la vida desde un balcón muy alto, y aprovecha, no solo para relatar lo que llama su atención, sino además para dejar una huella de aquello que acontece o conoce, sean sucesos presentes o pasados, sin dejar por ello de hacer literatura. En este aspecto, cabe consignar las palabras de Enrique Jaramillo Levi, que nos dice en su obra TIEMPO AL TIEMPO: “… Lo más probable es que la mayor parte de las personas,…simplemente no entiendan para qué sirve la literatura. Ni las interesa. Y ‘sin embargo se mueve’: se mueve, sí, porque pese a todo, inexorablemente, los escritores seguimos creando. …Y es que por ventura subyace una convicción personalizada que compartimos todos los verdaderos creadores literarios, la cual día a día se refuerza; un sentido de la necesidad de escudriñar la realidad y desplegar la imaginación para crear mundos ficticios con palabras y actitudes estéticas innovadoras, con representaciones tomadas de la vida e indagaciones artísticas que apuntan hacia nuevas formas de presentar los materiales, precisamente para así desentrañar de forma más profunda los enigmas del mundo real (el de índole colectiva y también el estrato interno): Este mundo nuestro que nos ha tocado en suerte…”
Me permito subrayar varios de los cuentos de esta obra de setenta páginas y 11,820 palabras, que considero realmente encomiables: ¿Hay zapatos en el cielo?, Silenciando a los genes, Hungertod (Inanición en alemán) y Tres flores y un niño. Sin embargo, no es de extrañar que al leer la obra ocurra que brinden más relevancia a otras narraciones, ya que en la aventura de relatar historias, la obra se completa o adquiere su verdadera y total dimensión, una vez el lector se apropia del cuento, una vez lo hace suyo, en un proceso de interiorización que puede incluso generar un resultado o significado totalmente ajeno al que el literato esperaba lograr al gestarlo. En el caso que nos ocupa, es evidente el cuidado involucrado en esta publicación por Quirós Athanasiadis, quien demuestra facilidad para narrar, fabular o inventar, con una pluma amena y gentil tanto en el fondo como en la forma.
Deseo dejar consignado además, que la escritora logra mantener la tensión que requiere todo cuento, ocultando con destreza como terminarán por desatarse los nudos o conflictos que contienen los relatos. A este respecto, en la obra titulada Valle – Inclán, Los botines blancos de piqué, Francisco Umbral al referirse a lo imprevisible en la literatura, nos señala que: “La imprevisibilidad de una prosa (en poesía ya digo que es casi obligado) nos da el espesor y la autenticidad de un escritor”. En la obra que hoy presentamos, se constata el esfuerzo invertido para mantener la atención del lector en desencadenar la incógnita. Como ejemplo, recomendamos la lectura del cuento Evanescente agua, evanescente vida, relato con un final abierto.
No puedo evitar, con propósito didáctico, reforzar lo expresado señalando que Luis Arturo Ramos, en la obra titulada Los escritores y la creación en Hispanoamérica, de Fernando Burgos, literato que ha visitado varias veces nuestro país, que: “…La brevedad propia del cuento es una consecuencia de la intensidad con que el lector pretende acercarse al acontecimiento que le interesa. Pretendo convertir el acontecimiento narrado en una historia…” Y agrega: Si la novela acumula, el cuento condensa; pero ambas son estrategias para alcanzar una idéntica victoria. Y me permito enfatizar, que el cuento es cuento, por cuanto narra dentro de condiciones tales como la ficción, la brevedad y la intensidad, esa intensidad que puede lograrse con el final sorpresivo que alcanza con éxito la autora de PEQUEÑAS CONFESIONES, o mediante el manejo de la historia secreta, elusiva, que se encuentra en los relatos que cuentan dos historias como si fueran una sola.
Para finalizar, quiero hacer mías las palabras de Rodolfo A. De Gracia, que en su obra Poesía, narrativa y reflexión, advierte que la escritura es el resultado de un complejo proceso en que se entremezclan diversas emociones humanas, y esto lo advierto para reiterar que en Lupita Quiros Athanasiadis, dicho proceso ocurre sin renunciar al llamado de atención y la disección, tanto de las virtudes como de las miserias humanas, con una pluma avezada, un buen poder de invención y un manejo diestro del lenguaje.
Muchas Gracias
Comentario
Saludos cordiales
Interesante presentación amigo Alberto... Tendré que leer la obra de Lupita... Abrazos!
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2024 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL