Eternas noches solitarias
Incontrolada capacidad creativa
que se confunde con mi vientre,
más bien exquisita en quimeras
que materia gris.
Tengo a mi haber algunas mutilaciones
y cicatrices de carne y dolor.
De tremendas manos sentidoras
y un sexo cerebral
que cuando ama se vuelve idiota.
Generoso semblante
y entradas conspicuas
que farolean hacia atrás y adelante,
en este juego,
me vuelvo locamente cuerda.
Exploradora natural sin regreso,
obsesionada y silente a veces,
cuando me acuerdo
que es bueno ser reflexiva.
Ahí es cuando me da
por suspirar letras que nacen
desbordantes de mi mente,
como aguas furiosas
que no encuentran su cauce
y se pierden
en las profundidades
de una hondonada
que no tiene fin.
Soñadora eterna
de noches solitarias
que perduran al candil
de la bella luz de las tinieblas
y sucumben al llegar el alba.
Pensamientos saciados por la distancia
y entristecidos por el desconsuelo
de ilusiones evaporadas
de sueños yertos.
Qué hambre siento
de un amor verdadero
y eterno que no fallezca
al perderse la exigua luz
que reflejan mis pupilas, anhelantes,
deseosas de capturar
la inmortalidad de los sueños
y que éstos, se escriban vivos
en mi desilusionado corazón.
Persisten los pensamientos,
impúdicos y obscenos
que llenan de vergüenza
mis propios pensamientos,
haciendo temblar
todos mis extremos rígidos.
La idea generosa me entrega pulcra y libre
al encuentro desmedido
de una noche gobernada por el placer.
Mi cuerpo lucha para no caer
en la pasión del deseo,
nacido en mis pensamientos
y excitado por frívolas y lujuriosas fantasías
dormidas en los rincones oscurecidos
de mis propias pasiones.
Ávida de amor delirante, sedienta de caricias reales
que despierten y entreguen a la vida
la simiente que jamás ha florecido.
La razón me devuelve
al escenario descollante
de una vida condenada
a los sueños imposibles
y a la realidad inmutable
de mi propia existencia,
castigada a transitar, eternamente,
por noches solitarias y desconsoladas.
Cecill Scott.
©Todos los derechos reservados.
Comentario
Querido Poeta Malume.
Es un placer inmenso recibirte en mis letras,
eres un ser humano muy especial y te llevo
muy adentro de mi corazón.
Un amigo entrañable con el cual se puede
contar siempre.
Tus palabras calan hondo en mí, agradezco
cada una de tus palabras, de tus bendiciones
y de tus parabienes.
¡Dios te bendiga siempre!
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Iris.
La vida nos regala cosas buenas
y cosas malas, lo importante es saber
disponernos para ambas situaciones
y salir airosas de ellas, la una necesita
de nuestra paz interior y la otra de fe
y esperanza.
Es hermoso lo que me has escrito y
agradezco, con el corazón, cada palabra.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Vilma.
Muchas gracias, amiga linda,
por acompañar mis letras
algo entristecidas.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Elva.
Son muchas las personas que se ven condenadas
a la carencia de un amor real, la vida sólo
les presenta estatuas de sal que el viento desmorona
para quedar remetidas a la soledad total.
La mente es poderosa y crea fantasmas en la razón.
Muchas gracias, mi dulce amiga, por acompañar mi versar.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Mab.
Muchas gracias, amiga mía,
por ser parte de mis noches
solitarias.
Agradezco tu hermosa compañía
a mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querido Ricardo.
El deseo nace en aquellas noches de soledad
absoluta, en donde la distancia cercena
cualquier tipo de contacto corporal,
entonces el cuerpo y la mente entran
en un dilema de eterna condena.
Eres un sol y agradezco la compañía
amorosa a mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Senda.
Amiga, dar las gracias es muy poco
para festejar tu constante compañía
a mis letras, eres un ser increíble
al cual admiro mucho.
Agradezco la compañía y el destacado
que haces a mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querido Hugo.
Es gratificante encontrarte
en mis letras, tus palabras
siempre son bien recibidas.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querido Gewama.
La mente es poderosa en instantes
de soledad eterna, pero el corazón sabe
cuando la realidad es inmutable y definida.
Muchas gracias por visitar mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Rosemarie.
Muchas gracias, amiga mía,
por ser parte de mis eternas
noches solitarias, agradezco
tu compañía y el destacado
a mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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