“…En el interior de La Casona impera el silencio, un silencio que de vez en cuando es alterado por gorjeos, bullas y aletear de pájaros. Repentinamente, en la visión que conforman follajes y flores, se mira un colibrí de plumaje terso y tornasolados matices. Sus alas se mueven ágiles,... zumban,... emiten sonidos como si fuesen cuerdas tensas en movimiento. Su pico, largo y puntiagudo sustrae néctares, y la figura que delinea su cuerpo diminuto, parece estar suspendida sobre el fondo amarillo terroso de la corola de un girasol gigante. Doña Leopoldina Peláez Ventura, mujer entrada en años, quien aparentemente dormita en la comodidad de la poltrona que Jerónimo Gatica, El Colorado, asentó en medio del jardín, disfruta la presencia de la avecilla; se percata de su belleza mientras la mira de reojo para no asustarla y evitar que se ausente, que se aleje como fugaz suspiro que ahueca el alma; sólo murmura: ¡pícalas, bandido,... pícalas!
Genoveva Santamaría, su ama de llaves, cocinera y cuánto más se necesita para mantener orden y limpieza en las estancias que se ocupan, la observa, escudriña el entorno al tiempo que su cuerpo de piel surcada por tiempos vividos, se estremece con sentimientos entreverados de alegría, tristeza,... nostalgia,...
-O-
“Cara y cuerpo de mi tía Pola, aunque llenos por las opíparas y constantes visitas a su mesa de cocina, guardan rasgos de mujer bonita y bien formada… Cuando la miro sentada en su poltrona, con sus lentes a medio tabique nasal, con mandil amplio y de coloridos dibujos que ornan repulgos y holanes de tela cuidadosamente zurcida, disfruto su presencia. La veo como reina, ama, señora dueña de sus peculiaridades. Nada a su lado es incongruencia. ¡Todo es esencial en esa casa! su casa. Llegué a pensar que siempre estaría en ese entorno, que el canasto con sus ajuares de costurera esporádica también estaría ahí junto a su cuerpo, y que el dedal, la aguja y el hilo permanecerían siempre en sus manos hilvanando calabrotes, encajes y puntas sobre cuadrillés y telas algodonadas, a manera de lo que en otros tiempos fue su existencia: hilvanadora de vidas y de anhelos…
-O-
“… Quiero pensar que tía Pola sería otra persona, si no hubiese quedado huérfana, si el zapatero aquel del que habló no hubiera abusado de su inocencia. Seguro estoy que no hubiera tenido necesidad de reunir ni comandar a sus muchachas. Sin temor a equivocarme, creo que otra cosa sería de su reputación como mujer, si hubiese tenido a alguien que la hubiera fortalecido, que la hiciera mujer de hogar; por eso y por otras razones estoy convencido de que sus resquemores tienen justificación, y que si su vida se ha consumido en eso de procurar desahogos amorosos a los hombres, es porque no le quedó otro camino, y se vio obligada a dedicarse a una ocupación que la llevó a hermanarse con quienes la gente del pueblo ha dado en llamar “muchachas malas de doña Pola…
-O-
“… Han dicho que cuando muera se irá a los puritos infiernos. Yo creo que no será así, porque ha dado servicio a los del pueblo, juntando a todas las muchachas de las que trabajan en lo de ella, poniéndolas en un solo lugar para que no anduvieran desperdigadas a la buena de Dios. Además, ¿Cómo que se refundirá en la hoguera destinada a los pecadores? ¿Cómo? ¡No, eso no puede ser!, porque siempre estuvo y está al pendiente de lo que le hizo y le hace falta al señor curita. Ahí está él, que diga si miento… Me han dicho que yo también me iré al infierno porque no voy a misa ni le he querido confesar mis pecados a él pero aunque así sea, no tengo miedo. Yo quiero irme adonde se vaya mi tía; donde esté, estaré contento; más estaré si están La Trapitos, La Coloretes, La Zacatonta y todas las demás porque, como les dije: fueron o son mujeres buenas, y eso seguramente cuenta de manera positiva en eso de irse o no al infierno…”
*Obra literaria de Margarito López Ramírez
Comentario
Margarito, excelente relato, atrapa, gracias un abrazo, Amaralis
colibrí.
diminuta ave con visos de encantos tornasol
y plumaje de arcoíris
de polícroma estampa
y volar armonioso.
siempre lo veo en la mañana
forjando pinceladas en el alba
se lleva mis pensamientos en su vuelo
su vuelo de gigante.
va regando aromas en su volar errante
hiriendo corazones con su pico de lanza
su inocente belleza ilumina la selva tropical
cortejando las flores más exóticas
donde nunca ha llegado
el grito virulento de los seres humanos.
Vuela, vuela, pequeño colibrí
príncipe del espacio
viviré para verte volar cada mañana
hilando tus pinceladas en mi alma
con tu volar efímero, seguiré soñando
no detengas tu vuelo, tu vuelo cadencioso
aún después de mi muerte,
Tú, seguirás volando.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2025 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL