HASTA QUE LA VENTANA DE MI ALMA SE NUBLE

[Alberto Alexander Acevedo]

Un viejo, sentado en una mecedora.
Taciturno, lánguido
y dócil ante el tiempo.
Espera, sin rencores
y sin reclamos,
Cómo la alquimia de Chronos,
convierte lo que es hoy piel y huesos
en historia, cuentos, y anécdotas.
Lloramos cuando vemos partir
a los usuarios de esos
cuerpos desgastados.
Somos energía y manejamos
materia hecha de carne y de huesos.
En cada brillo del alba
que mis pupilas exaltadas
disfrutan en cada amanecer;
En cada velo escarchado
que percibo al caer el sol;
Pido, exijo al Universo,
Que no sea impaciente
en reclamarme al cosmos.
Que no me absorba como luz
en el espiral galáctico.
Que me deje manejar, estos,
mis huesos, cubiertos de carne y de piel,
hasta que la ventana de mi alma se nuble;
se cierre por el vencimiento de mis córneas,
por las cataratas,
por el opaco tono del cristalino sin luz
y me permita escribir
el guión de mi resurrección.
Hoy escribo,
para resucitar cuando me lean.

[Alberto Alexander Acevedo]

Grecias todos los poetas que han dejado la marca en la lectura de mis poemas. Son para ustedes, para que lo disfruten y los compartan. Un abrazo desde Caracas.

[Alberto Alexander Acevedo]

Gracias María. Tus comentarios son chispas que encienden mis ganas de seguir escribiendo y compartiendo. Un abrazo.

[mamihega]

Querido poeta, profundo el fondo del poema, felicitaciones por eso, invita a reflexionar también, cariños.

[Jaime Ignacio Jaramillo Corrales]

[Francisco Molina Infante]

Excelente poemas y muy rico en pensamientos. En hora buena. Saludos

[Alberto Alexander Acevedo]

Muchas gracias por sus comentarios. Es el combustible que enciende mi alma de poeta. Un abrazo.

[Elias Antonio Almada]