He golpeado a mi madre.
Bendita madre que me pariste en ésta tierra, qué en mi frágil cuerpo derramaste manantiales de amor, con aguas de cariño e incontables besos de sabor.
Mis labios de tu pecho bebieron el amor puro y limpio. Por las noches me arrullaste entre tus brazos y dormí sobre las flores de tu cuerpo. Me cantaste tus canciones al oído con tu lindo sentimiento.
Cuantos siglos han pasado desde que fui niño, de indecisos pasos temerosos y curiosidad y miedo a lo desconocido. Pero tú, madre única y hermosa, nunca soltaste mi mano. Me enseñaste con paciencia a ver la luz y a caminar por los océanos. Me enseñaste poco apoco a convertirme en hombre y ave para poder volar en plena libertad.
He caído en mil barrancos de dolores infinitos y me he estrellado con mil muros de sólida negación. Mi cuerpo muchas veces en pedazos se ha quebrado. Más tú siempre me recibes con un beso y me sanas con tu amor.
Pasan los tiempos, pasa mi vida, entre mis propias batallas que germinan odio y tienen olor a sangre. En lo negro y absurdo de mis días.
Derramé la sangre inocente de mi padre y de mi hermano, de mis hijos y de sus hijos también. Arrebaté de sus manos lo que ellos tenían y que yo de buenos modos no pude obtener. He sembrado cruces en los campos y cosecho ahora los lamentos y quebrantos. Conquisté nuevos y alejados lugares pisoteando flores y haciendo caminos; me declaré siempre vencedor. Desafiando a muerte a la muerte misma y demostrando con orgullo insolente mi temple y mi tonto valor.
He mirado los cielos y he desdibujado sus nubes. He deseado las estrellas y paseado por la luna. ¿Qué hay imposible para mi?
Tus consejos madre mía siempre fueron sabios. Mas mi vanidad no permitía que yo quisiera acercarme a tu lado y escucharlos. Te he ofendido y te he humillado, y sé que no basta con pedir día a día de rodillas tu perdón. Las lágrimas que has llorado no
conmovieron nunca ni por un breve momento mi ennegrecido y duro corazón.
Soy un vil depredador agazapado en mis miserias, que me adorno con el oro mientras piso constantemente el estiércol.
He golpeado a mi madre con mi furia y con mi saña, con ambición y estupidez desmedida. Ella, bondadosa como siempre conmigo ha sido, sigue esperando por mi amor en su callada tristeza.
Madre tan linda, madre naturaleza, ¿Cómo te podré pedir perdón?
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
Derechos reservados.
Comentario
P R E C I O S A P R O S A
Amigo Carlos Eduardo
Siento tus palabras en el fondo de mi alma...
el abandono de la Madre Tierra es algo que se ha convertido casi en factor común, nuestra humanidad la ha olvidado y depreda sus bosques, sus ríos, sus cielos... esperemos que la conciencia nos remuerda y logremos despertar a tanta iniquidad
e s t u p e n d o t r a b a j o
Bendiciones incesantes
Elcira,
Muchas gracias por tus siempre alentadoras y agradables palabras.
Es una necesidad constante el gritar, de una forma o de otra, para detener la masacre que cotidianamente los hombres hacemos a nuestro planeta.Es muy necesario.
Saludos y bendiciones!
DESGARRADA PROSA, CARLOS EDUARDO!... A MEDIDA QUE AVANZA LA LECTURA YA SE PRESIENTE QUIÉN ES ESA MADRE GOLPEADA Y TRISTEMENTE SE RENONOCE EN EL HIJO LO QUE ES O HA SIDO LA INDOLENTE Y DEPREDADORA RAZA HUMANA....UN TEMAZO HAS TOCADO CON LA BELLEZA DE TU PLUMA Y LA GRAN SENSIBILIDAD DE TU ALMA....
TE FELICITO, AMIGO....UN GUSTO LEERTE!
ABRAZOS,
ELCIRA
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2024 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL