Huesos supurantes.
Me dijo somos hijos de Dios.
Es mi hermano,
Llevo su sangre fluyendo por mis venas,
No lo merezco.
Doy de a poco lo que me sobra,
No pongo mi otra mejilla,
Busco vengarme,
No lo merezco.
Que soy bendita me dice,
Que mi reino no es de este mundo,
Y debo guardar mi alma de pecados.
No lo merezco.
No merezco ni una sola de sus gotas de sangre.
Ni una sola de sus espinas en su corona manchada,
Mucho menos uno solo de sus clavo en sus manos,
Mucho menos el dolor de su Madre María,
No lo merezco.
Pero reconozco algo sagrado
en el deseo que me invade de ser buena,
Aunque cueste flagelar mis pensamientos,
Y suspire con deseos manchados
Aún cuando el alma y el cuerpo se arrodillen
disculpándome por la fragilidad
que supuran mis huesos.
Carmen Amaralis Vega Olivencia
Comentario
Muchas gracias mi querido Elías Antonio por este valioso y significativo DESTACADO, bendiciones mil, Amigo, Amaralis
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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