HURÖN...

[Francisco Molina Infante]

En la venta del detalle
se han parado a comer:
Margarita María Márquez
y el hijo de Juan Miguel.
Le han servido buenos callos
y habas fritas con jamón;
han tomado un buen vino
de esta hermosa región...
Después del café manchado,
han cruzado su pasión
y cogidos de las manos,
han tomado habitación.
Él se desnudó primero...;
ella, sorprendida quedó:
viendo los tirabuzones
del pene, -con contemplación-.
No te asustes ¡vida mía!...,
dijo le él.., -en tensión-,
que este sacacorchos: es dócil
y bueno en su función...
Consiguió que se tumbara
-atravesaba el colchón-                                                                            y con suavidad exquisita,
hasta el nudo le metió...
Ella estaba en las nubes...,
sólo sentía su ardor
y un loco placer le venía;
quitándole la respiración.
Duró cuanto ella quiso;
por los poros se vació
y sin sacarla siquiera,
otro coito comenzó.
Ella entró en tembladera...,
jadeaba en el sudor
y apretaba su vagina
estrangulando al hurón...
Quedó soñando, rendida;
rezumaba hasta el pezón
y entre suspiros decía:
¡ladrón..., más que ladrón...!.
Se quedó muy bien dormida
y él de nuevo la sobó:
las orejas bien lamidas,
más besos en el corazón.
Dos días pasaron en vida,
tres más de recuperación
y a la siguiente cita:
él fue: -el que- rebuznó...
"Nunca apareció esta historia,
jamás de ellos se habló
y yo casi no lo cuento:
por envidia hacia los dos"...
De este Juanito insolente,
sólo en la feria se habló,
pues quiso hacerse de cuartos:
al querer vida mejor.

[Elias Antonio Almada]