HUYEN LAS CALLES

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

HUYEN LAS CALLES

Mientras pensaba cuantas cargas de arena podría transportar aquel día, vio a un señor trepado sobre una caja gritando a los de la construcción. Los reclamos que lanzaba desde el parque contiguo, apenas se oían entre el bullicio de la obra.

Le escuche gritar que le quitaban el barrio, que aquello parecía una conspiración para borrar su pasado, que si no entendían que nada sería lo mismo sin el que vendía los periódicos, sin el que arreglaba los relojes o limpiaba los zapatos, si no les importaba un carajo cambiar su ciudad por otra que le quitaba todo y le sería extraña. Se me ocurrió molestarlo y le grité: ¡Oye, cómprate un álbum de fotos!

Me quería ir del sitio a buscar más arena, además, no resulta cómodo soportar toda aquella polvareda, los gritos de los obreros y el ruido de las maquinarias. Cuando volví con la carga observé que el parroquiano aún estaba allí, exclamando que la ciudad se le escurría entre los dedos y que, además, tenía oyentes.

Llegó mi turno en la fila de camiones. Allí descargué la arena y cuando me iba les grité: ¡Busquen oficio! Y entre un viaje y otro, se acabó el día.

Al llegar a casa, encontré a mi madre llorando, me dijo que habían demolido la casa de enfrente y que una vecina le dijo que construirían un gigantesco edificio. Un frío repentino subió por mi espalda y de inmediato, recordé al señor que gritaba en aquel parque.

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

Gracias por comentar y estar. Saludos cordiales Brom

[Beto Brom]

Descripción de una realidad que nos afecta y no nos convencemos que somos parte de ella.

¡¡MUY BUENO!!

Shalom colega de la pluma

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

Gracias Rufino Cortes y Almada por sus atenciones son 

[Elias Antonio Almada]