ALEJO URDANETA
INSOMNIO DEL LIENZO
La tarde erizada vuelca su luz.
Es un trazo del pincel
para estampar tu efigie eterna,
al modo florentino,
penetrada en la idealidad de lo bello
tu intemporal figura,
en un simple cuadro de óleo y muerte,
pobre página sobre el lienzo.
Que lo vean todos,
que todos me miren contemplarte
en este salón de fantoches
que nada dice
ni puede expresar tu luz invulnerable,
con los colores que se colocan y pierden
ante la frescura de tu mirar infinito,
huidizo como el tiempo que me agobia
sin remedio.
Y ahora me miras en escorzo
y te vas tras del telón de mi angustia,
que no cesa.
Llanto de orquídeas,
agua de volcán
puedo ofrecerte
en esta tarde breve y olvidada.
Olvidada tarde,
como el deseo
que no me abandona…
**
AURORA
Tu esperanza vive en la obra,
gotea esperma de la forma
y deja llanto y locura en el lienzo.
Nace el anuncio en esbozo
primado del ansia sin tregua,
y el artista, solo, isla en mitad
del bullicio,
vive el quebranto en la tela
mancillada de humanidad.
Contempla el espasmo orgánico
del cuerpo,
huele el almíbar de agua y albúmina
en la espiga de tu vello.
Su lengua saborea
el color de las propias manos pintadas,
como si fueran las manos que ama,
o la gruta de seda y de sangre
abierta a la luz del pincel.
Tiene el deseo en los ojos y la sed es tormento,
río que se derrumba entre piedras.
Cree ahora que todo termina,
y el ansia se le hace montaña,
y se hunde en la entraña del agua:
es ahora él mismo la musa
embate del mar en la arena.
Y ella, arena,
y él, torbellino de aguamiel.
***
No tiene todavía perfil definido,
es el borrón que deja el insomnio
al amanecer tardío.
Despertar sin trinos de aves,
adolorido de colores inasibles,
busca de sensaciones en el destello solar,
en la incierta lumbre que exacerba
el graznido de los cuervos
al pie de la ventana en el altillo.
Es de día y debe continuar,
Pero lo atemoriza la duda
y hace de espadachín de bruma
y arremete contra el vacío
de la triste estancia.
Aquí y allá,
dispersas en alcohol,
se derraman las armas
y triunfan los adversarios.
No tiene playa
ni pradera
ni música de organillo.
Sólo tiene un áspid que enarbola
al crepitar de la mañana….
Pero lo espera tu efigie.
****
SUEÑOS
Todavía la fuerza de la alucinación,
todavía la pasión de tus alas desplegadas.
Latidos en el fuego del volcán dormido.
Ya tienes nombre:
Águila, antigua cazadora de lo informe,
del policromo volumen,
del blanco que enceguece:
artista cazador de lo inasible,
cercas aún el viento con garras de delirio.
El paisaje está a tus pies,
lo siniestro devela el horror,
y todavía es belleza
lo imperfecto y lo infinito,
comienzo de lo terrible que se ha mostrado.
Volarás planeando sobre nubes,
temeroso de perder el rumbo del celaje,
y llegarás al risco y otearás el cielo oceánico,
hurgarás en vibraciones de nube
el escondido tesoro.
Al lanzar el dardo de tus plumas
apresas las entrañas temerosas
y las picas con saña,
las abrazas con el vivo deseo,
más ardiente que la sangre,
como si fuese la última vez.
Águila sola, rapaz de sueños
y desvelos coloridos.
La Banda de Moebius desbordada
quedará en el cuadro
interminable.
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No sabes que alguien te espera,
y enardece tu desvarío,
Los sentidos cierras,
oscurece tu lucidez.
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