(Contraportada del libro LA PALABRA DEL PENSAMIENTO)
INTRODUCCIÓN AL AFORISMO POR JOSÉ SANTIAGO
(ORIGEN DEL AFORISMO)
La primera vez en la historia que se utiliza el término aforismo como tal, nos llega desde una publicación de la antigüedad a modo de guía sobre la salud.
De ahí, la importancia de su contenido, ya que de su diagnóstico y aplicación se sostiene y depende la vida de las personas. Y de ésta el nacimiento y necesidad del juramento hipocrático. Por lo tanto, tras comprobar de donde mana y mama la fuente, resaltar la relevancia de fondo que todo aforismo debiera conllevar al formar parte vital, ya desde su origen.
Con el devenir se incluyen, trasladan y desarrollan a otras materias al ser todas complementarias del saber del conocimiento. Es a partir de entonces que la expansión del aforismo va formándose ineludiblemente desde su elemento esencial, pese a sus variantes análogas y equivalentes en cuanto a su forma, pero igual base de contenido como nos muestra el pionero griego en su “guía”.
El aforismo nace de esas notas personales compendiadas, concisas que toma el autor promotor del aforismo durante todas las estaciones del año, para dilucidar sus causas y remedios para preservar la salud, la vida.
En cuanto a la definición de “sentencia” como sostiene la RAE en una de sus acepciones dadas al aforismo, y como algunos estudiosos siguen sosteniendo hoy en día, discrepo; en cualquier caso serían “recetas” en intento de preservar la “salud”. Se intenta remediar, ello no implica que al paciente lo vaya a sanar, ni tampoco que el diagnóstico sea incuestionable, dada las coincidencias de algunos de sus síntomas que pudieran confundirse con otras. Dicho lo cual, el veredicto de “sentencia” no es ni podrá ser concluyente, a mi parecer. La pretensión por parte de la Academia de encasillar al aforismo en sentencia en su significado literal, daría el valor de verdad absoluta, algo que a todas luces se escapa y discrepa del verdadero conocimiento al agotar sus posibilidades. Sostener esa panacea no trasciende más allá, lamentablemente, de la pretensión de autoridad. Y en cualquier caso si las consideráramos verdaderamente “sentencias”, hubiesen consumido toda posibilidad que emana del aforismo tratado.
Cosa distinta es darle al aforismo “apariencia cerrada”, ya que apariencia da lugar a no serlo, habilitando otras posibilidades de acercamiento en su definición.
Por lo que de sentencia, como define al aforismo y otros, la considero inadecuada, rancia, imperativa e imprecisa al no ajustarse su contenido al contexto que se intenta definir, al no aclarar nada a pesar de la riqueza del idioma.
(SENTENCIA: “ ascepción2. :f. Dicho grave y sucinto que encierra doctrina o moralidad.”
En principio y al principio lo de “dicho”: delimita a la expresión oral [de dicho en dicho: de boca en boca: …refrán], opacando toda posibilidad de genialidad a la creación literaria y demás. Por otra parte, cuando hacemos uso de la reseñada palabra en el habla, nos referimos a asuntos jurídicos esencialmente).
Para terminar este apartado respecto al origen del aforismo, invito a los lectores busquen en el diccionario de la RAE análogos, semejantes y comprobarán lo que digo y sostengo. “Mens sana in corpore sano”, diría otro.
(A continuación transcribo las siguientes de la Real Academia Española:
* Aforismo: Máxima o sentencia que se propone como pauta en alguna ciencia o arte.
* Proverbio: Sentencia, adagio o refrán.
* Máxima: Sentencia, apotegma o doctrina buena para dirigir las acciones morales.)
(EL PENSAMIENTO LA ANTESALA DEL CONTENIDO)
Se diría que todas las vueltas sobre el aforismo y sus semejantes, serían como círculos concéntricos en sus intentos de separarlos al marcar inútiles diferencias que mueven al pensamiento.
Es realidad evidente aún por redescubrir. Se manifiesta incluso oculto entre palabras en un texto: sólo hay que subrayarlo.
El formato literario de la brevedad con Internet tiene mayor cabida y aceptación en las redes sociales a la hora de compartir, por razones obvias. Ocasionando cierto tráfico digital entre imágenes de citas, pensamientos… que facilitan el contenido en la comunicación entre internautas con el copia y pega. Esto no demuestra en absoluto, que los aforismos estén en boga, ni muchos menos; aún a sabiendas que lo compartido es, muy especialmente obra del ayer.
Autores hacen el amago, se adentran en este campo al dejar constancia del espacio y tiempo que les toca vivir; emulan la vida y sus designios, como ya hicieran otros en cualquier otro tiempo con sus reflexiones.
El objetivo de ésta escueta publicación es dejar latente, de viva voz, que la palabra necesaria compartida vive, enriquece y acorta distancias. La palabra es la descifradora enigmática de todo pensamiento, tiene su lugar así como a sus representantes, pensadores sea cual fuere su contenido filosófico. Sea quien sea y venga de donde venga con o sin la notoriedad literaria. La brevedad y sencillez pone de manifiesto mayor apertura al amor del saber. ¿Acaso el pensamiento es cosa distinta al contenido que pretende todo aforismo ante asuntos que calan? ¿O es que no es el pensamiento la antesala del contenido -que a su vez- forma parte de toda filosofía sostenida que provoca a la reflexión?
Desde tiempos inmemoriales -desde que el ser piensa y hace uso de la escritura- los aforismos existen. Basta con leer cualquier texto de la antigüedad y entresacarlos, a modo de citas para señalarlos. Porque parecen resolver coherentemente. Trasmiten. Llaman la atención del lector, tocan la membrana y lo mueve. Porque dicen mucho cuanto aparentan -por sus pocas palabras - decir casi nada.
Aforismo: enunciado conciso de índole popular o de reflexión propia que persuade la atención y al conocimiento (por definirlo de manera breve, personal con toda imprecisión que se quiera, sin excluir a sus variantes ni semejantes). Por lo tanto, está al alcance de aquel que lo conjuga o le alcanza. Aunque no todos podamos conseguir su forma magistral, por supuesto. Y he aquí, que nos hemos congregado poetas, poetisas, escritoras, escritores para acompañar a los que nos precedieron con la finalidad de poner al alcance de todos, un son, un tam-tam de inquietudes en palabras breves que se desbordan sin más finalidad que la de compartir la vida, esperanzas y sus contrariedades.
El aforismo conlleva la definición contenida en la determinación de su mensaje, en forma de frase o frases, trasladando más allá de la mera idea, encaminándola a una práctica más humana y universal cuando la palabra late.
Un aforismo no se contiene en el abecedario, es el centro donde la palabra gravita en si misma enlazada a otras que se unen para manifestar la unidad de su conjunto, al definir en su rotundidad todo lo humano que trasciende hasta el universo.
Toda palabra desnuda intenta ir unida a lo reflexivo, al vínculo de todo lo aparente exacto que se extravía en su intento de romper su brevedad al explicarlo. La raíz del aforismo no se busca, entraña cosmovisión a quien atrapa o lea.
(LA INEXISTENTE MODERNIDAD DEL AFORISMO)
La modernidad del aforismo como algunos pretenden, la creo incierta al ser el mismo su cometido. Simples lavados en apariencia, en sintonía con los tiempos que toque vivir; realidades de contenidos que intentan marcar la diferencia, pero en el fondo es… la misma idea perseguida, con sus variantes lógicas de actualidad.
No es fácil poner en boga los aforismos, como algunos escritores y editoriales pretenden, dicen, venden o claman. Es pretendido iluso e interesado. Porque el aforismo ya por sí, así lo requiere. Necesita fundirse con y en el tiempo que lo mantiene vivo. Porque transgrede toda ley, a todo espacio en su lacónica contención de mayúsculas intenciones. Para comprobar lo que digo, basta escribir en el buscador de Google la palabra “aforismos”, da un poquito más de 2 millones y medio de resultados. Cuando cualquier otra palabra de búsqueda relacionada con el lenguaje por ejemplo: “habla”, nos da 211 millones; semiótica aproximadamente 3 millones de resultados y, a modo de un ejemplo más, si escribimos en el buscador “haiku” nos da casi 30 millones de resultados que, ante los dos y medio minúsculos millones que aparecen en “aforismos”, deja práctica y realmente mucho que desear por parte de quienes confirman, sostienen e intentan “implantar modas inexistentes”. Ni creo en dicha posibilidad, cuando el verdadero sentido del aforismo es, dar por escrutado, “resuelto” -en la medida de lo posible- el pensamiento perseguido. Tarea imposible de acometer, razón por la que siempre subsistirá el aforismo, dadas las sendas filosóficas, sin excluir por alusión: “ La fenomenología de Husserl como utopia de la razón”, libro que me regalara personalmente mi amigo filosofo, antropólogo Javier San Martín Salas, con motivo de muy breves pero intensas y contadas conversaciones, hace ya muchos años, en Almuñécar (Granada).
Cosa distinta es el intento de publicaciones referidas a esta materia, artículos, estudios, opiniones, ensayos... para resaltar lo que se sepa, crea, interese o quiera. Pero lo que supone un libro de aforismos, no es nada fácil materializar. Ni existen, hoy por hoy, cantidad ni calidad suficiente de cultivadores o autores de este género tan antiguo, como para confirmar que están de moda y expandir dicha “buena nueva”. No lo creo. No lo veo.
El aforismo es un constante resurgir con sus más y sus menos en el tiempo, sin llegar a invadirnos dentro del concepto de moda que lo determine, aunque cierto es, que siempre están ahí, apareciendo y reapareciendo.
Todo lector, escritor, alguna vez ha subrayado, entresacado alguna cita, reflexión de un libro para luego ser referida, citada o recordada. Aún cuando ese libro nada tenía que ver con el tema que tratamos. Lo que denota, que los aforismos son como nómadas del aire, están en todos sitios y son de ninguna parte (como etnias minoritarias que prevalecen). Porque el aforismo conlleva y arrastra todo lo humano.
Son palabras verticales en contextos y acepciones que se alargan, tan brevemente y sin fin.
Acaso, ¿no estaba ya reflejado –dicho género- en las primeras escrituras desde tiempos inmemoriales de todas las religiones marcando sus enseñanzas?
-"Nunca preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor. No es de sabios hacer
preguntas", (proverbios bíblicos, Eclesiastés 7:10).
-"Cuando bebas agua, recuerda la fuente", (proverbio chino).
Y claro está, sin olvidar los "anónimos" de índole popular
trasmitidos durante generaciones de boca en boca.
(PALABRA Y PENSAMIENTO SE ENTRELAZAN)
Toda creatividad va ligada al conocimiento, el conocimiento debe afrontar fórmulas experimentales que traspasen, anulen toda posibilidad de paráfrasis para que el posible embrión creativo, disponga del espacio necesario y propio para su manifestación y desarrollo. Incluso en el aforismo. La brevedad no tiene porque entrañar límites. Todo lo contrario. Su contenido es la esencia de toda brevedad que trasciende. La brevedad no se acoge a estructura alguna más allá de lo directo y reflexivo.
Se abre el telón: palabra y pensamiento se entrelazan. Se cierra el telón: lo reflexivo de la palabra se escapa de todo pensamiento. Trama: la coherencia se sostiene incluso hasta en el absurdo de lo coherente. La palabra de por sí conlleva su semántica donde el pensamiento no se deriva. Por lo tanto, ¿quien entraña mayor coherencia, la conexión entre palabras o es el pensamiento el que se adapta a la palabra para manifestar un poder ambiguo o inexistente al imponerse? Pensamos en forma de palabras. Desde el instante mismo de la comunicación, estamos contaminados por la palabra. Por lo tanto, es la palabra la que otorga forma al pensamiento, a lo coherente o incoherente su causante, el encargado de amasar, armar ese puzzle de palabras para que den lugar a la reflexión, idea, o lo que se sienta, quiera o pretenda.
No me atrevería a sostener que el pensamiento divague antes que el lenguaje… habría que dilucidar antes el enigma, de cómo se origina la palabra, ya que el pensamiento se forma de palabras desde el embrión de los contaminados. Pensamos en palabras, por tanto habría que agotar todas las posibilidades posibles para dar con la raíz de quien fue primero. El bebé manifiesta sensaciones desde embrión ajeno al pensamiento. Y a su vez el pensamiento, más delante, no se podría manifestar en su plenitud sin palabras, ¿o si?
No sería descabellado escudriñar que la palabra pudo ser concedida por un ente muy superior, o por desconocido desarrollo innato; ya que la palabra nunca podrá ser un accidente natural, ni de formación dada su estructura y complejidad. Prueba de ello baste con comprobar que, si ni hoy NO somos capaces de ponernos de acuerdo sobre temas triviales o de cierta importancia, ¿cómo se iban a poner de acuerdo nuestros antepasados sobre un tema tan escurridizo como lo es el origen del habla que da lugar a la palabra?
( EL AFORISMO VA DESCRIBIENDO RAZONES)
No persiga una sentencia en los aforismos porque perderá todo juicio, ya que hasta la muerte es apelable a los ojos de la fe.
No se ha de olvidar que para leer un libro de aforismos, se debe dar tiempo y espacio al tiempo de cada aforismo antes de abandonarlo y pasar al siguiente para alcanzarlo. Leer aforismos es no seguir un orden ni trama. Su cantidad pudiera representar un agravio; no se puede leer de corrido porque como dardos, la palabra se adentra o se pierde ante el alfa y el omega de sus dianas. Todo aforismo arrastra o despierta conciencias, porque el aforismo va describiendo las razones que no alcanzamos. El buen aforismo abre los ojos hasta que sus palabras se adentran hasta cerrárnoslo.
Al abrir un libro de aforismos, no persiga una verdad que de razón a la razón de su vida; la vida en sí es breve en días y larga en esperas …como el aforismo que pulula y agita, simplemente aproxima. Quizá le ocurra en su pureza lo mismo que al verso inacabado en su constante.
Determinar las causas, sería intento de regreso para emprender nuevamente la marcha hasta sostenerlo al marcar sus latidos de subsistencia… Porque el ser humano de por sí, no es humano sin la palabra del pensamiento. Porque lo que no se comunica, no se comparte …no existiría. Como el ser desconocido, hasta que no se revela… no es.
Lo mismo ocurre con el aforismo, con el dicho, las citas, los axiomas, las máximas, apotegmas, refranes, epigramas, adagios, greguerías, proverbios, reflexiones, cantares, fragmentos, las tonás…, hasta que se manifiestan. Se exhiben por la ineludible necesidad humana y caracterización personal. Es su cuestión. Se mantienen porque su uso sigue formando parte irremediable de la vida que nos separa a los unos de los otros. Por las cuestiones que sean, en cualquiera de sus vertientes. Quizás, como la búsqueda constante por hallar la utópica paz universal que se resiste, o como ese pensamiento en busca del destinatario absoluto para no estrellarse contra propias variantes de todo ser pensante, que en definitiva, enriquece, al tiempo que segrega. Quizá de ahí su permanencia: intento, trance, ilusión de proximidad por dar con esa verdad que se escabulle, porque la sabemos no absoluta al sentirla alejarse desde otros labios que, nos silencian.
Es su voz y tono elemento para liberar contención. Es como agua que parte de una fuente, fuera por su cauce y miles de brazos la acogieran diseminándola por otros cauces que, no siempre van a dar al mar de los océanos de un solo pensamiento. De ahí su riqueza, controversia y confusión que parte de la terrible manía de apartar a sus semejantes.
Habla del alma humana sin limite ante lo que se siente, mostrando sin más el acompañamiento desnudo de la palabra.
Porque hablar del aforismo es elucubración, dialéctica manifestada con palabras del pensamiento, donde el pensamiento nace de una necesidad incompleta.
Desde que el padre griego de la medicina, Hipócrates (siglo V a.C.), acuñara por primera vez el término AFORISMO ( donde detalla síntomas y diagnósticos sobre enfermedades), hasta nuestros días, el aforismo -con sus derivados y semejantes- ha venido formado parte de nuestra literatura, al mismo tiempo que los subrayados destacados que entresacamos de las lecturas de pensamiento, día a día.
En esta breve Antología LA PALABRA DEL PENSAMIENTO, acompañamos a nuestros antecesores un ramillete de autores contemporáneos, en los que me incluyo.
Autor: José Santiago
Esta publicación sale a la luz dentro del periodo de confinamiento (en mi caso en España) a causa del COVID-19. Ojalá el coronavirus se destrone, termine por pasar de largo y desaparezca para evitar más muertes. Mis mejores deseos y que pronto volvamos a sentir la brisa, el aire, las caricias, la vida en libertad para salir cuanto antes de este espanto.
…Un abrazo entre alas
Copyright de José Santiago
Comentario
VICE-DIRECTORA Sofi Piris Herdugo Mi gratitud
...Un abrazo entre alas
ADMINISTRADOR Elias Antonio Almada Muchas gracias
...Un abrazo entre alas
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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