JURAMENTO

[Gildardo Gutiérrez Isaza]

JURAMENTO

En el umbral del infinito el barco se deja llevar
simulando al limosnero y su tragedia: ¡impaciente!
En la urna de las flores las voces marchitas
Ateridas, desoladas, desgastadas:
evaporación del miedo, la fatal agonía.
Tejiendo la malaventura, viendo despuntar el día, la hora fatal
Tratamos de evadir, de escapar, crucifijo en la pared, la oración,
El canto lastimero y aquel quejido que arrastra tas de si la ultima 
expiración.

He sentenciado vestido de alegría, reconociendo mi debilidad
Y quizá mi grandeza que mi vida va a terminar.
Con miedo a la nada, al ultimo paso, a la oscuridad sin limites,
Se que me quedan unos pocos minutos de vida.
Como mortal, perecedero, lleno de defecto y virtudes ame,
Di de mi poco y todo, restringí sueños y volé como las aves.
Me deje llevar por el embrujo de la tarde, por el perfume fragante
De aquel ser llamado mujer, con rostro y figura…
en la penumbra, en el silencio me entregue y soñé.

Marque travesías en su cuerpo, sucumbí al maremoto y sufrí.
Juré no volverme a sentar en el ocaso de la tarde, ni a contemplar la luna,
A leer mis libros favoritos o a escribir un poema…
bajo el dintel de mis miedos se abrió un abismo
Porque del daño causado un estela de sangre me arrastro
aniquilando cada sueño y esperanza.
Ahora que los años han pasado como un ancla clavada en el fondo del mar
mis ojos cansados van cubriendo la distancia como un viejo navío...
La brisa, la hamaca, mi viejo sombrero, un mendrugo de pan
Y aquel hermoso pero huesudo amigo de todos, con su mirada perdida y su 
fidelidad sin límites, son mi único tesoro, después que todo lo tuve.

Sin comprender mi destino bajo la arena movediza y el influjo de los años,
me dejo mecer por el viento arrastrando mis pies cansados por la playa.
Solo ante el desvarío o la sequedad de mis manos,
Como el aliento de los árboles penetrando las estrellas,
Camino por los senderos y escribo.
Quise dejar mis huellas, un legado, una vivencia
y aferrado a la locura me erigí como poeta y amante:
Senda bella e incierta donde en placer de escribir lo es todo; 
la mujer la fuente, la inspiración y el alimento.
Un beso lejano que rememora viejas aventuras,
Dolorosos encantos, 
juventud sin límites que ahora al final de mis días añoro con nostalgia

[Alicia Mantaras]

Que belleza estimado Gildardo Gutiérrez Isaza 

una prosa que  nos da infinidad  de matices de la vida. 

bendiciones Alicia Mántaras

[Norma Cecilia Acosta Manzanares]