LA CULTURA TAMBIÉN ALIMENTA

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

LA CULTURA TAMBIÉN ALIMENTA Y ES EL MOMENTO

PARA SU APOYO REAL

 Comienzo por decir respetado lector, que pueden cambiar el nombre, naturaleza y estructura orgánica al INAC, de manera que ya no sea un instituto, sino una entidad con rango ministerial con presencia o no en gabinete o, en todo caso una autoridad de cultura, ese en sí no es el problema fundamental. El problema primordial es que deben colocar allí a alguien que conozca cabalmente la problemática cultural del país, que allá estudiado el tema a profundidad y su problemática perenne, además, de haber vivido por y para  el desarrollo cultural,  a pesar de la gran deficiencia del sistema educativo y la consecuente pobre capacitación de los estudiantes, del hecho de que la cultura sea vista como hija de menos madre y no tenga un apropiado presupuesto, y que sus principales regentes sean nombrados políticamente, y para colmo, no tengan idea global y técnica de cómo enfrentar  la problemática educacional y cultural en su conjunto, y no se rodeen de asesores capaces, y tampoco - ni mucho menos- tengan un plan de trabajo sostenible en el tiempo y sobre todo que impida generar una infinita cadena de improvisaciones en la consecución de soluciones a la necesidad cultura individual y colectiva.

Nos hace falta un plan programático a mediano y largo plazo que atienda lo problemas reales del sector, sea como se llame la institución o como se reestructure, o seguiremos igual, más aún si en materia presupuestaria sigue siendo la cenicienta del presupuesto anual del Estado. Existen buenos candidatos apolíticos que pueden enfrentar este reto, para así brindar una oferta humanista a personas de cualquier clase social.

- Advierto: brindo mi consideración y respeto sin cortapisa a la Directora General saliente del INAC (si ese es el caso), con un largo historial dedicado a cultivar las artes, siempre preocupada, participativa y accesible, me consta; más el momento es propicio para que se emprenda un esfuerzo aún más ambicioso y abarcador, con el apoyo consciente y decidido del gobierno y la sociedad en general (de quien depende en gran medida salir del marasmo), para que quien rija el destino de dicha institución, no enfrente además de la apatía de una sociedad extremadamente materialista y pragmática,  la reiterada falta de decidido apoyo gubernamental para este importante sector - la cultura también alimenta -  . 

Acaso nadie entiende que la cultura es un freno para la violencia, la corrupción, la falta de liderazgo, la carencia de empeño por progresar y una participación social productiva, porque simplemente te brinda más elementos para pensar como un ser humano integral, con más elementos para decidir la mejor ruta a la hora de actuar.

ALBERTO O. CABREDO

ABOGADO, ESCRITOR Y MIEMBRO DE LA COMISIÓN

DE ÉTICA Y MORAL DEL CLUB ROTARIO DE PANAMÁ