Con mis manos aún vivas,
llegué a rozar las puertas del cielo,
cuando su boca encendida,
me obsequiaba,
la miel celestial,
de sus paradisíacos besos.
Mi ser temporal,
se elevaba,
cual ligero vapor,
hacia la gloria divina,
donde el mismo Dios,
al advertir mi perfecta ventura,
“feliz sonreía”…
Autor: Marco A. González Almeida
Comentario
GRAN POEMA. Te felicito. MUCHOS SALUDOS.
genial gran poeta Marcos, senti fuego en mis venas al leer tu poema. con cariño y respeto. un gran abrazo.
Bonito poema nostalgias y deseos combinados...
Excelente poema. TE FELICITO. Muchos saludos.
Magistral poema amigo MARCO, me conmovió el final, DIOS "feliz sonreía".
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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