Me siento en mi escritorio con la firme voluntad de escribir, comprendo que se nos encima tiempos importantes para nuestra nación. Acomodo la foto de mi amada esposa, desde la cual me observa omnipresentemente y provee fuerzas, reposa en el lado izquierdo de mi buró, apoyada a la pared. La observo y entiendo que para mi familia deseo algo más, algo mas allá de lo que nos prometieron, ¡algo que jamás se cumplió!
Entiendo que los problemas que los Venezolanos padecemos, sufren de un alto grado de miopía, astigmatismo y daltonismo, no distingue razas, credos y mucho menos el color de nuestra franelas, ¡pero esto no es algo nuevo!, ha sido repetido tantas veces que aun me cuesta comprender porque aun seguimos siendo tan indiferentes; así que me desvelo en silencio tratando de averiguar, cómo nos robaron el nacionalismo, cómo se rompió el tricolor de nuestra gente, como los guardianes de la soberanía, firmemente declaran abrazar una causa política, dándole la espalda a gran parte del pueblo a quienes ellos se deben. Cómo se nos abolió la libertad y nos hurtaron el patriotismo reinante en los corazones.
El patriotismo tan nato en el alma Venezolana como irreverente y briosos somos al nacer, orgullosos siempre del suelo en el cual hemos dado nuestros primeros pasos, millonarios de próceres y de causas justas, luchadores y guerreros; dos cualidades tan sublimes que también complementan la belleza de nuestras mujeres . Y entonces ¿cómo fue, que todas muestras virtudes fueron engavetadas durante tantos años?, ¿cómo fue, que se permitió que ondeara la bandera de una sola estrella, en la nación de la bandera de las ocho estrellas?, ¿cómo hemos permitido que se nos diga, que hay que sentirse orgulloso de entonar un himno extranjero?
Me tomo una pausa; vuelvo a observar el retrato de mi esposa, en el cual sostiene un ramo de flores que le obsequio mi madre, el día de nuestro matrimonio; entonces pienso en los hijos que aún están por venir, recuerdo mi infancia montando bicicleta en las plazas, corriendo entre la grama de los parques de Maracay; recuerdo los atardeceres nostálgicos aunque maravillosos de Barquisimeto, las calles angostas del centro y sus casas coloniales, bañadas del matiz crepuscular que abarca cada rincón y parece dominarlo todo, sin duda alguna, la mayor bendición y la mayor herencia que he podido recibir de mis padres, ¡fue el nacer Venezolano!; por esto, quiero que mis hijos sean Venezolanos también, pero no quiero que vivan rodilla en tierra ante nadie, quiero que puedan tener libertad de pensar, creer, soñar, crear, sin imposición alguna, sin condiciones que los limiten; quiero que puedan recorrer de costa a costa su nación, quiero que sus derechos sean tan tangibles como el rocío mañanero al despertar, quiero llevarlos al colegio y no tener mayor preocupación que levantarlos a tiempo; quiero que ellos sepan, ¡que es una arepa en el desayuno!; no quiero mirarlos a los ojos y decirles que no conseguí harina pan, quiero que coman leche en polvo con una cuchara, desde un envase metálico de una extinta marca, que solo se consigue en fotos de antaño; quiero poder dejarlos viendo televisión con la seguridad de que cada 5 minutos no sonaran las palabras “apátridas”, “fascistas”, “majunches”, “nalgas blancas”, entre otras más y de mayor calibre; quiero que sintonicen Venezolana de Televisión y pueda ver un programa, de la talla que tenia el de de tío Simón; quiero que mis hijos tengan la certeza de que saldré a trabajar y al atardecer estaré de regreso para abrazarlos, quiero que ellos me sepulten en suelo Venezolano, cuando yo fallezca anciano y de causas naturales, quiero que cuando ellos caminen y observen un militar, sientan orgullo por los que custodian nuestras soberanía, que luchan por nuestra nación, que muestran presencia en nuestra zona en reclamación, ¡en nuestro Esequibo!, y no solo sirvan de “guinda afiches” para un partido político, quiero que mis hijos vean un policía y sientan plena seguridad; quiero enseñarles a conducir en el carro familiar, y que éste, no esté parado por falta de repuesto; quiero que la única vez que la casa este a oscura, sean el día de su cumpleaños y para cantar “a que noche tan preciosa”; quiero que puedan bañarse sin tener que adivinar que día habrá agua y cual no; quiero que estudie la profesión que lo apasione, en la universidad que desee, sin que ésta permanezca en paro constantemente o tenga que pelear a muerte por un cupo, quiero que se gradué y no tenga miedo de su futuro porque no tendrá problemas para conseguir trabajo; y si desease montar su propia empresa, quiero que jamás sepa el temor a la palabra “expropiado”; quiero que forme su familia y pueda encontrar una vivienda sin tener que ponerse una camisa de un color, sin necesidad de andar de lista en lista, sin tener que esperar años para iniciar su hogar; quiero que mis nietos sean Venezolanos y que estos puedan tener todos los privilegios que deseo para mis hijos; quiero poder contarles historias de los que se sacrificaron, para que ellos tuvieran la Venezuela que ahora todos deseamos; historias como la gallardía de un Franklin Brito que no fue quebrantada jamás; como fueron ignorados los derechos de Simonovis y los de Afiuni, como fueron vulnerados, secuestrados, pero ¡jamás doblegados!; quiero poder decirles que democracia llego a tiempo para rescatarlos, y que todos los derechos de los Venezolanos se restablecieron por el voto de millones, que jamás renunciaron a la esperanza y decidieron lo correcto.
¿Acaso no es esto, lo que queremos todos los Venezolanos?, desde el pobre al que le estorba la pobreza, hasta el pudiente que vive en las mejores zonas del país; ¿Acaso el color de una franela, debe obligarte a entregarle a tus hijos una Venezuela endosada?
Quiero un país donde todo funcione, donde las industrias nacionales produzcan, donde la mayoría de lo que compremos, diga orgullosamente “Hecho en Venezuela”, un país con sus pluralidad cultural y política, con aceptación de criterios y con espacio para nuevas ideas, para nuevas opiniones, quiero mi país completo, con sus tres colores y sus ochos estrellas, con mi gente linda sin temor en las calles, con cadenas televisivas cuando ocurran eventos importantes en la nación, con el nombre del país, una vez más en el puesto de honor que poseía entre las demás naciones, un país donde no tengamos que agregarle un nuevo “segundo nombre” a la moneda, para que ésta pueda ganar más “ceros”, quiero que la moneda de mi nación, que orgullosamente lleva el nombre de “Bolívar”, sea referencia mundial de una solida economía, quiero que ésta moneda como mi Vinotinto escale posiciones y se acerque cada vez más al primer puesto mundial, Quiero que en mi nación, se cumpla la premisa de que el funcionario público trabaja para todos los Venezolanos, porque de todos los Venezolanos sale su sueldo, y que quede en la época oscura y jamás se vuelva a escuchar un “si no les gusta la inseguridad, que se vayan del país”; Quiero un país con un sistema judicial tan trasparente que no tengamos dudas de las decisiones judiciales.
Y sobretodo quiero que mis hijos elijan el presidente que ellos deseen, sin que los chantajeen, sin que los presionen, sin que los obliguen, sin que los amenacen; quiero que ellos puedan votar y que los presidentes pasen y cada uno trabaje para mejorar la labor del anterior, quiero que ellos puedan votar sin temer a motorizados con la irracional intención de atemorizar, quiero que las fuerzas armadas los protejan y actúen con justicia, quiero que voten sin la presión de que representan la salvación de la nación y del mundo.
En éste punto estoy seguro de que ésta es la Venezuela que todos queremos, y para tenerla debemos comenzar a construirla poco a poco, paso a paso, pero esencialmente todos unidos, sin colores, razas, ni divisiones sociales; por eso el 14 de Abril saldré temprano a votar, me mantendré en la fila a pesar de la lluvia, o del sol inclemente, a pesar de que pasen las horas y la fila no avance, ¡ahí permaneceré!, lo hare porque es el primer paso para comenzar a reconstruir esa Venezuela, la que deseo heredarles a mis hijos y a los hijos de todos los Venezolanos.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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