La Mariposa Azul

[Clemencia Calero Espinosa]

Un corto cuento que escribí para mis nietos

 

En un país tropical, bañado por dos océanos había un pequeño pueblo llamado SUEÑOS, rodeado de montañas y colinas donde habitaban toda clase de mariposas de diferentes y extraños colores. Todas las mañanas se veía el cielo cubierto por estos hermosos insectos, volando de arbusto en arbusto donde libaban el néctar de las preciosas flores. 

En la paz de este rincón paradisíaco, sus gentes, campesinos en su mayoría, trabajaban la tierra y viajaban a las ciudades cercanas a vender los productos.

Un día una gran cantidad de mariposas se remontó hasta la montaña más lejana, encontrándose con una extraordinaria sorpresa: una inmensa mariposa azul  descansaba con sus grandes alas extendidas en un árbol mientras lloraba desconsolada.

¿Por que lloras hermana? -le dijo conmovida una pequeña.

-Lloro porque estoy muy sola. Soy tan grande que mi cuerpo no se puede elevar por el peso y vivo aislada del resto de las mariposas del mundo.

-No llores amiga que nosotras vamos a sacarte de esta soledad.  Le respondió una pequeña mariposa amarilla con un precioso dibujo en sus extendidas alas.

De inmediato se devolvieron al pueblo y cada una fue contándole a otra y ésta a otra más, el gran hallazgo,  hasta que no quedó mariposa alguna sin saber la noticia.

Como una nube de colores volaron hasta llegar a la montaña y le contaron a la mariposa azul su plan para que pudiera volar.

-Entre todas nosotras, -dijo la reina, te sostendremos en el aire para que puedas bajar hasta el lugar donde vivimos. Acto seguido la rodearon, cargando sobre sus pequeños cuerpos a la bella y magnífica mariposa azul.

Recorrieron el pueblo de un lado a otro y la gente pudo admirar un acontecimiento que nunca se había presentado en parte alguna.

Al caer la tarde regresaron a la montaña con la promesa de buscar un compañero a la solitaria mariposa azul. Efectivamente se dividieron en grupos y empezaron a viajar a diferentes ciudades,  pero infortunadamente no encontraron al futuro esposo. Siguieron volando sobre otros países hasta que por fin arribaron al otro lado del mar, y a kilómetros del pueblo donde en un solitario valle había una mariposa azul moribunda.

-Espera amiga no te mueras que nosotras te llevaremos a donde te espera tu compañera.

-No hermanas, yo no tengo remedio; en el mundo no hay una mariposa tan grande como yo.

-Si claro que la hay, es la mariposa Azul, la más grande que hemos visto, es exacta a ti…Vamos, vamos pronto que el viaje es largo, muy largo.

Llegaron directamente a donde vivía la mariposa azul y con gran alborozo comenzaron a bailar mientras las maravillosas mariposas se conocían. Era tanta la emoción del compañero de la mariposa azul que de inmediato se curó. Hicieron una gran fiesta con el néctar  de las flores y le pidieron al cielo que lloviera un poco para que el verdor de las plantas se bañara con el brillo de las gotas mojadas iluminando la tarde.