Compañeros, está larga y vieja tarde, como todas las viejas tardes, llenas de recuerdos,
con dedos largos, antiguos y huesudos, como la de los limosneros de la calle,
que tienen claroscuros y muy nítidos reflejos de un recuerdo,
en todas esas viejas y rotas paredes de barro, de las esquinas del olvidado pueblo,
hermanada a una triste despedida del viento que mueve mi azabache cabellera
Y canta dulcemente con una voz infantil, letra de llanto y una partitura de lagrimas.
Escucho viejas melodías oxidadas de una flauta de metal olvidada,
que un viejo amor y una lejana amistad esconden;
en una penumbra oscura y fría de la tarde, donde el corazón se detiene.
Vidrios y ventanales transparentados por la bella luz de otra tarde muerta.
Llegara algún día el tiempo que nos acompaña,
pero solo cuando el tiempo ya lo olvida todo.
El soplo de los ángeles del cielo y sus cantos en el viento se detienen;
Sangre infinita ella.
Créanlo todos amigos y compañeros del mismo destino,
se los juro por el morado del traje del nazareno,
que algún color tenían las tibias arenas del destino,
de los viejos y lejanos caminos del infinito padre tiempo.
Está tarde cambia su color de luz y brillo por un violeta que agoniza.
Trae hasta el corazón una fiesta de colores musicales.
"PÁLIDOS Y PERFUMADOS",
"" CONTRASTE AMIGOS"" ,
Esos son los contrates de una gran e inmensa melancolía;
¡MELANCOLÍA!,
tu también tienes que ser es nombre de mujer.
RAFAEL VICENTE PADRÓN RUÍZ
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