Mi adiós al pasado
Hoy, mirándome al espejo, aún siento mi juventud
aunque mi piel se arrugó y de nieve van cubiertos mis cabellos.
Hoy, recordando el pasado, me remonto a los instantes
cuando estaba con mi viejo enamorado.
El ha muerto, ya se ha ido para siempre, dejando en mí su retrato
el retrato de su alma, de su vida y de todos los instantes
que para ambos fueron gratos.
Hoy, en la soledad del cuarto y mirando alrededor
siento frío, mucho frío, siento pánico y trato de figurar
cómo he de seguir viviendo, cómo he de vivir soñando.
Sé que el tiempo, sin querer, todo lo cura
todo pasa y, un instante, te das cuenta de que todo
en la vida es ilusión,
me doy cuenta que la vida es un misterio
que no tiene explicación.
Me haces falta, compañero, tú, mi amigo inseparable
el que a veces parecía el amante de ocasión.
El espejo me reclama, me pregunta y, al mirarlo
enloquezco, pues ya no tengo respuesta,
no encuentro una explicación.
Sólo sé que hoy estoy sola
y sintiendo que la luz del sol cesó,
que la luna ya no brilla como antes
que las penas y las lágrimas nos brotan del corazón.
Aún siento la juventud, pero escondida en el alma
aún mis ojos hoy reflejan el amor y también,
algún vestigio de calma.
Hoy quiero empezar de nuevo y continuar mi camino,
casi sin mirar atrás.
Necesito levantarme para poder caminar
y regresar al presente donde me espera la mar
donde abordaré otra nave que me permita olvidar
aquellos viejos instantes...
Adiós, pasado,
hoy... digo adiós a los recuerdos
adiós la vida de ayer... hoy comienzo un nuevo libro
hoy... volveré a renacer.
© Tere Matthews
(2005)
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