Mi aleph

[Bertha Rebeca Linker Zinguer]

Mi aleph

 

 

Mi aleph es ideológico, pero visible. Lo rigen Yavé, Aláh, Jesús. A pesar de su omnipresencia, le construyen sinagogas, mesquitas e iglesias. Acuden a ellos para rezar, balanceándose de pié, inclinandose en ruku[1] o de rodillas. Mujeres separadas de los hombres, solo hombres o los unos junto a los otros. Leen la biblia, el Coran, o el Nuevo Testamento. Se ornamentan con estrellas, lunas crecientes o cruces. Rabinos, imanes, curas y monjas. Monógamos, polígamos, célibes. Bendicen el vino, no lo toman, o lo ven como la sangre de Cristo. Se guarda el Yom Kipur, el Ramadam, la Cuaresma. Se come la jalá, la pita, la ostia. La belleza de la mujer se cubre con pelucas, burcas, hábitos. La capital esta en Jerusalén, la Meca, el vaticano.  Descansan el viernes, el sábado o el domingo.   

 

Cada individuo es un microcosmo. Profesan el amor al prójimo pero no dudan en salir a la guerra para defender su verdad única. Las mismas creencias generan bifurcaciones y estas otras bifurcaciones más que al final tejen un laberinto de donde no se encuentra la salida pero tampoco se sabe como retornar al inicio.

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[1] Postura inclinada del islam para rezar, la cabeza y la espalda han de estar al mismo nivel (horizontal), las manos colocadas con los dedos abiertos sobre la rodilla