Soy la mitad mojaquera, / la otra mitad murciana,
tengo el alma andaluza;/ y de la vega huertana:
cuajadita de geranios, / de rosas y verdolagas...
Llevo dentro una guitarra / con lágrimas y esperanzas,
llevo un "quejío" muy hondo / de una soleá lejana:
un fantasma la repite / desde la alta montaña,
y hasta mi llegan acordes / de quimeras y añoranzas.
¡Ay agua de la fuente de doce caños!
¡Ay Mojácar querida!
¡Ay dulces años!...
Cómo suben la cuesta / las mojaqueras,
con el agua fresquita, / con el cántaro grande...
a la cabeza...
Un pañuelo les cubre, / su tez moruna;
sólo se ven sus ojos, / que despiden hirientes
rayos de Luna...
Con la boca sujetan / su blanco velo,
ocultando su beso: / como si lo quisieran
para poder mandarlo / al puro Cielo.
Qué tendrán mis dos tierras / que por igual
me tienen hechizada... / ¿Será su mar?
¿O... el río que embelesa? / ¿El airecillo que besa?
¿O, la que está en el altar?: / Nuestra Virgen morenica,
perefumadica de azahar...
La brisa mediterránea / lo envuelve todo,
el Sol nos manda su luz / del mismo modo...
Nos filtra sus destellos / el cielo azul,
con mantillas bordadas / sobre las nubes blancas...
que se vuelven palomas, / con las alas de tul...
Carmen Isabel
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