¡No seré yo!

[Marta Díaz Petenatti]

No seré yo el que comente con la noche que un día te di mi corazón en parte de pago por aquellas caricias que de antemano sabía que no eran para mí.

¡Nadie sabrá cuánto te amé!

Quizá el silencio de una esquina me despierte a la madrugada con tu rostro bajo ese farol que fue testigo de este amor sólo mío y que se conformaba con las migajas que dejabas caer.

Vos, ¡siempre lo supiste! pero también siempre usaste a mi amor para enamorarme más.

Y así fui hipotecando sueños y caricias. El interés que me cobrabas era muy alto y mi corazón nunca llegaba a cancelarlo.

Los días pasaban, mi amor crecía, y mis manos vacías acariciaban tu alma sin obtener respuesta.

¡Ni siquiera vos entendiste cuánto te amé!

Detrás de esa indiferencia que trataba de demostrar, estaba este amor mordiéndome las entrañas, arañándome los sentidos, y esta mente soñando con besarte, poseerte, hacerte mía, queriendo recorrer cada centímetro de tu cuerpo, con estos dedos ansiosos de vos, de tu piel, de tu perfume.

¡Mas no lo querías ver! nada te importaba, sólo sentirte querida y adulada por mí o por quien fuera, lo importante era alimentar tu ego sin darle a los sentimientos los valores que tienen.

Pero como ya dije …”No seré yo el que comente con la noche que te di mi corazón y vos, altiva, irónica e indiferente todo lo embargaste para guardártelo como tuyo, sin importarte que yo muriera el día en que me lo quitaste”. Porque con él te llevaste mi amor, mi alma, mis ilusiones y mi fe.

Marta Díaz Petenatti-

[Marta Díaz Petenatti]

Norberto, es así, el amor junto con la ¿resignación?, digamos que obligada pero sí, resignación, cosas que a veces nos movilizan demasiado.

Un cariño enorme. Gracias por leerme

marta

[Marta Díaz Petenatti]

Gracias Cástor por su comentario. Un cariño.