Tu belleza ilumina los rincones
más oscuros de mi alma.
La ternura de tus besos,
que nunca serán míos,
viven en los recuerdos
de mis sueños vespertinos;
siento en mi corazón
una gran melancolía
al saber que no serás mía
como soñé.
Qué debo hacer para llegar a ti.
Debo morir como los rosales
que les falta el agua de los manantiales
o debo romper los cristales
que me separan de ti.
Qué debo hacer para tener tus besos,
tu tierna sonrisa y dulce mirada,
el encanto de mujer apasionada
o en silencio debo decir que te amo,
a lo lejos mirarte como a una doncella,
o ser como la golondrina
que en el cielo trina,
que ama a la tierra sin posarse en ella,
Qué debo hacer para estar contigo,
aunque distante,
besar tus labios a cada instante
Como soñé.
¿O debo dejar que mi alma entera
muera de amor por vez primera
como nunca imaginé?.
Es la fuerza del corazón
que me quita la razón
y me domina;
es mi alma peregrina
que en la oscuridad camina
por tus besos.
En la agonía de mi ser por conquistarte
volverán mis ojos a mirarte;
mis manos tocarán tu vientre,
mis labios besarán tu frente;
todo… todo se acabará
menos el amor
que en mi corazón nació por ti;
y tú, y tú … no serás mía
como soñé.
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL