…Mientras una potranca nada plácidamente en una piscina de aguas cristalinas.
Unos niños la observan inocentemente sorprendidos. ¿Cuántos días tendrán ellos sin bañarse? Posiblemente el rancho donde habitan no tiene agua ni para hacer la comida.
¡QUÉ AFORTUNADA!
Ojeando la prensa (El periódico) observé con mucha curiosidad una yegua (Hembra del caballo) sumergida en una piscina de agua cristalina y abajo unas letras grandes, decían: “Qué sabroso un baño matinal con agua fría para esta potranca”. Se veía en forma de meseta el lomo plano del robusto animal cubierto por el agua con el cuello estirado y la cabeza en forma vertical, con las orejas rectas hacia arriba, brillaba su color obscuro vino tinto y una mancha blanca en forma de equilátero en la frente.
¡Qué afortunada!
Pero pensé en ese momento, no todos son tan afortunados. No, muchos de estos animales son usados como medio de transporte de carga en el campo, en zonas inhóspitas, caminos intricados con sus patas rotas y cascos agrietados, con llagas en el lomo, no en forma de meseta. No, sus costillas se marcan a través del cuero lacerado, son rastros del sillón o la silla que le ponen cada mañana y le quitan en la noche, si acaso, porque a veces
duermen ensillados.
Y en la barriga ensangrentados callos, el cuero maltratado a causa de la cincha (una faja con que le amarra el sillón el campesino), le dejan lesiones, heridas que sangran. Y la grupa o grupera, una onda que cruza por el rabo y aguanta la silla para que la carga no ruede hacia adelante y le causa heridas lacerantes y llagas, pero el animal no habla, así trabaja y sigue trabajando hasta que estira la pata (muere) flaco, arruinado y unos olores terribles porque ese, nunca se baña, eso es doloroso y en nada se parece a
la potranca
Pero observé algo más terrible todavía y eso si es realmente doloroso, a lo lejos unos niños pegados de la cerca, a gran distancia mirando nadar aquel afortunado animal en aquellas aguas cristalinas, en aquella piscina impecable cubierta de relucientes porcelanas, donde ellos nunca se han
acercado y a lo mejor,
nunca llegarán.
¿Cuantos días tendrán ellos sin bañarse? Porque en el rancho donde habitan no habrá agua ni para lavarse la cara. ¿Cuántos litros de agua habrán en la piscina?.
Tal vez, ellos nunca podrán acercarse a esa potranca perfumada, creo que el animal se espantaría, porque, real y lamentablemente,
ellos son los que huelen
a caballo.
Cástor A. Olivier O.
Comentario
Interesante y aleccionador relato...
MUY BUENO SU DENUNCIA, UN PLACER PODER LERLO Y SENTIR SU SENSIBILIDAD DE POETA
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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