Quiero que termine el caos.

[Jesus Quintana Aguilarte]

Aulla de nuevo la tormenta y semi oculto bajo el dosel y la concha de su cuna mi nieto está dormido, afuera el mundo que conocemos se cae a pedazos, un villano aún más pequeño se regodea sembrando el caos entre los adultos que buscan desesperadamente como ganarse el pan y llevar amor a sus casas.

El claustro ya no es suficiente, a veces entra por nuestras ventanas en forma de susurros de nuestros amigos y vecinos, a veces son nuestras propias manos las que atentan contra nuestra felicidad, nuestras manos que han forjado el futuro de nuestras familias y que llenas de amor escriben los versos con los que enamoramos a nuestras parejas.

El aire, otrora limpio y con olor a jazmines ahora es un medio de propagación y muerte, este diminuto ser viaja en sus brazos seleccionando quien muere y quien no, la medicina se encuentra tristemente indefensa, este baluarte, esta barrera creada por nuestras mentes más hábiles se encuentra cercada por el odio y la total carencia de métodos y respuestas para contenerlo.

Solo nos queda Dios, y a él elevamos nuestras súplicas para que lleve amor a las mentes criminales que originaron este caos, tengo la certeza de que la imprudencia y una mala manipulación son las causas por las que el mundo está hoy enfermo, también a estos señores me dirijo, quizás crean que eliminando la superpoblación tendrán más espacio que conquistar, les recuerdo que nunca un conquistador ha podido disfrutar las ventajas de ganar méritos creando un espacio de crueldad y muerte, Jesús el Cristo ha logrado ser amado por más tiempo y reconocido por más personas y nunca basó su triunfo ocasionando un reguero de muerte y llanto.

Este infernal enemigo lleva una corona de muerte, debemos quitársela porque no merece existir la causa de tanto dolor y caos.

Gracias, amigos y amigas.

Jesús.

[Elias Antonio Almada]

[Jesus Quintana Aguilarte]

Gracias Hugo por tus palabras de apoyo, en estos momentos tu gesto es tan necesario que solo me resta por decirte que te admiro mucho.

[hugo]

¡Impactante, oportuno y necesario mensaje, Jesús, amigo mío! Solo buenas personas, buenos amigos, como tú y otros pocos que reconocemos en nuestros íntimos círculos, son capaces de escribir y compartir algo tan sentido. 

Ser uno de los destinatarios de este gesto amoroso me hace sentir orgulloso del vínculo afectivo que nos une. ¡Gracias, Amigo, y mis FELICITACIONES por la doble correción: la del texto y la del gesto que adorna y enriquece tanto al autor como a sus valiosos lectores! Si bien lo analizamos, no es este virus el real asesino, sino el de la ignorancia que impide a los individuos ser más fuertes que lo que los oprime y ahoga imperceptiblemente