REGALO DE NAVIDAD
POR: Sergio Alejandro Fernández Hernández
Se acercaba un 24 de diciembre y en un pueblo, las personas estaban adornando sus casas, con arbolitos de navidad, el nacimiento, luces y muchos adornos. En las panaderías ya se estaba empezando a sentir el olor del delicioso pan de jamón,
Todos decían que sería una navidad encantadora y los niños le estaban escribiendo su carta a San Nicolás, pidiéndole lo que querían de regalo. Había un niño llamado Pedrito Samuel, a quien le encantaba mucho la navidad y siempre había soñado con ver a San Nicolás en persona; él le escribió una carta, diciéndole que le gustaría conocerlo; la colocó debajo del arbolito de navidad, apagó la luz y se acostó a dormir.
Desde el polo norte, San Nicolás recibió la carta de Pedrito y vio, que él lo quería conocer, pero a San Nicolás, no le gustaba que lo vieran, a él le gustaba llegar de sorpresa sin ser visto.
Ya era media noche y San Nicolás debía salir en su trineo a repartir los regalos a los niños. Volaba por arriba de las casas, repartiendo regalos y los dejaba debajo de los arbolitos. Hasta que por fin llego a casa de Pedrito Samuel. Todo estaba muy oscuro, Santa no veía nada, cuando de repente se tropezó con una patineta que estaba en el suelo y se cayó. Santa hizo tanto ruido que despertó a Pedrito Samuel. Él se quedo muy impresionado al ver a San Nicolás y le pidió que no se fuera, que por favor se quedara.
¿Le gustaría tomar una taza de té? -Le preguntó Pedrito a Santa.
-Jo, Jo, gracias! amiguito, pero prefiero tomarme una taza de café, para que no me dé sueño y así poder repartir todos los regalos.
Pedrito con gusto le ofreció una deliciosa y caliente taza de café, y él la tomó con ganas mientras conversaban un rato.
Entonces, Santa dijo:
-“Ahora tengo que irme, se está haciendo tarde y yo tengo que repartir los regalos a los demás niños, adiós amiguito, adiós! ¡¡Feliz Navidad! Jo, Jo, Jo.
Santa siguió repartiendo regalos, volando en su trineo; pasaron algunas horas y ya los había repartido todos, sólo le faltaba el regalo de una niña que vivía en una casa que estaba a una cuadra de la casa de Pedrito Samuel. Santa llegó a esa casa, dejó su trineo abajo y se montó en el techo, como no tenía chimenea, se metió por una ventana muy pequeña. Con mucha dificultad pudo entrar y colocó el regalo debajo del arbolito, que estaba cerca de la ventana; cuando intento salir, no pudo porque la ventana era muy pequeña y él era muy gordo. Santa se había quedado atascado!
En el polo norte y desde el almacén donde Santa fabrica los juguetes, sus ayudantes vieron lo que le estaba pasando y decidieron enviarle un mensaje a Pedrito. Las letras del mensaje estaban al revés para que Pedrito las viera reflejadas en la ventana de su habitación.
Mientras él dormía, sintió una brisa muy fuerte que golpeaba la ventana de su cuarto, el ruido lo despertó y vio el mensaje escrito en el vidrio de la ventana: ‘’Pedrito, necesitamos tu ayuda, Santa se quedó atascado en una ventana y no encuentra como salirse, por favor tienes que ayudarlo! Donde él se quedó accidentado esta a una cuadra de donde tú vives’’.
Pedrito no sabía qué hacer, cuando de repente tuvo una gran idea, él salió con mucho cuidado de su casa, sin que sus padres se dieran cuenta para ayudar a Santa. Caminó una cuadra y vio el trineo que estaba en el piso. Miró hacia arriba y vio a San Nicolás, en lo más alto de la casa, atascado en la ventana. Pedrito se monto en el trineo y con la ayuda de los renos, voló, hacia donde él estaba, agarró las cuerdas del trineo, amarró a Santa por el cinturón de su pantalón, haló el trineo, ayudado por los renos. Pero no lograba sacarlo, intentó muchas veces pero nada... ¡ya estaba muy cansado!... hizo otro intento aún más fuerte y por fin logró que saliera de la ventana donde estaba atascado.
De regreso a casa, Santa estaba muy agradecido por lo que Pedrito Samuel había hecho por él y como recompensa le dio un montón de regalos. Pero el regalo de navidad más especial que tuvo Pedrito Samuel, fue conocer a San Nicolás... ¡Se había cumplido su sueño!
Estaba amaneciendo y Santa debía volver a casa, se montó en su trineo... Pedrito Samuel y sus padres vieron por la ventana como este ser de maravillas, se despedía diciendo: ¡Feliz Navidad! Jo, Jo, Jo...
Sergio Alejandro Fernández Hernández
27 noviembre 2011 (Primer domingo de adviento)
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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CUADRO DE HONOR
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