La sembré
en las raíces de una tierra dulce
Cuidé de su piel
y fue su aroma el cielo
y su voz
el trinar de las aves del verano
Su mirada dormida
brotó en el silencio diurno
Su sonrisa viajera
tiñó estelas nocturnas
fue participe de cada caricia enervada
fue luz y agua
de cascada de crisálida abandonada
Trazó de colores
el tallo de una ansiedad creciente
humedeció los sentidos
con agua de rosas
y en el jardín
de aquellos amores templados
me enamoré
de la sabia de sus labios
¡Ah! ¡Cuánto he de amarte mujer!
Hoy el retoño del cultivo brotó con su rostro
y coseché el temblor de un corazón abierto
coseché el rosar del viento en el alma querida
suspiré y lloré para decirle:
¡Te extraño tanto!
¡Por qué ni el tiempo o algún huracán!
podrán separar de mi verso su recuerdo.
¡Ah! ¡Cuánto he de amarte mujer!
es una canción que desespera, aturde
nace y crece dichosa de la madre tierra
es el jardín donde nacen los centinelas del sol
las blancas bailarinas de la noche
el grito anunciado de la palabra de un hombre
la voz susurrante de una hembra que retoña
el clamor de mi grito por ella.
¿Saben algo?
La tierra es mi cabeza
ella es la semilla cultivada…
Comentario
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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