La tarde se recogió
y la niña de mi ilusión
se durmió.
La luna guarda silencio
y la brisa se aplacó,
despacio me arrimo a su cuna
y la contemplo con gran devoción,
le cuento los diez
deditos de las manos
y los diez deditos de los pies.
La niña abre los ojos,
y mi corazón vuelve a cantar.
con una campanita de amor
la percibo escuchar,
su lindos ojitos
van y viene
¡me buscan!
como con ritmo celestial.
¡Dios que felicidad!
la niña de mi alma
escuche y ve,
tiene diez deditos en las manos
y diez deditos en los pies.
La saco de la cuna
la tiendo sobre mi pecho,
siento como vibra mi alma
y juro que este pedacito de cielo
de mi vida no se alejará jamás.
Miro a lejos
más allá de las estrellas
y le doy gracias a Dios.
Entonces comprendo,
que no hay nada más bello en el mundo
que tener una linda hija
y sentirse orgulloso
de ser papa.
Comentario
Tierno y dulce poema donde se refleja todo el amor paternal.
La foto es también otro poema.
Felicitaciones Marco, y saludos.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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