SI LLEGASE A MORIR.

[Norma Cecilia Acosta Manzanares]

 

El día que yo muera solo quedará el silencio,

dando pasos a los gorriones volando por los cielos,

también aquel Araguaney sembrado con mis manos,

lucirá tan amarillo como ambarino mi cuerpo,

se caerán sus hojas recubriendo el epitafio,

ocultando las dedicatorias, así será mi derecho reservado, silencio.

Ahora, quedarán de sus partes darles paz a este mundo,

¡no se ocupen recordándome! velen por los desahuciado,

por los niños sin padres, a esos que los miran como desgraciados.

El día que yo muera, no me lloren y tampoco se enojen,

que de la muerte nadie escoge como va hacer su escenario,

si tanto le hago falta, compartir una comida o entrar en los bazares,

conversar sobre la vida, echar algunos versos o regalar una sonrisa,

en esos momentos de naufragio o cuando me aturdía el velo nocturnal,

a la barra embriagada por la vid ¡a la salud la vida no lloren por mí!

Entonces te pido, el día que yo muera no te olvides de los miserables,

comparte el alimento, dona tus versos, esos que no te falten para salvarlos.

Anda y ve, compra ropa para los de apellidos andrajosos

y procuren darles buen ejemplo porque ellos también son el futuro.

El día que yo muera, prueben seguir el buen convivir,

miren que la vida es un soplo, un roció, una promesa aún latente para la paz existente,

no busquen más dolor recordando mi muerte, ni las veces que me he enamorado,

así como la he bailado, también le he echado canas en el camino,

por lo tanto, si ese día llegase, es porque ya he vivido lo suficiente para continuar con ustedes.

Autor: Norma Cecilia Acosta Manzanares.

Este poema lo acabo de escribir, agradezco al gran vate Carlos Garrido Chalén por su obra honorable "DECLARACIÓN DE AUSENCIA " que me ha motivado a escribir SI LLEGASE A MORIR. 

[hugo]

Alguien que escribe con tanto sentimiento, aunque quiera, no puede morirse, Norma Cecilia Acosta Manzanares. De hecho, fácil es comprender, en mi humilde opinión, que morimos lentamente desde el día en que nacemos, querida amiga. Aplaudo y adhiero a tus nobles deseos, muy bien expresados en esta poesía. Con respeto y gran admiración te saludo desde mi australidad, en la preciosa Argentina. Abreso y buenas ondas para ti.