SIEMPRE.

[Cástor Agustín Olivier Olivier]

SIEMPRE

Siempre llegan aquí las libélulas, se paran en un cable que cuelga desde el techo de la vivienda del vecino, llegan como helicópteros de alas transparentes, se estacionan enfila una detrás de la otra con sus alas combas hacia el frente, parecen naves de combate esperando una orden para emprender su vuelo.

Vienen en raudo vuelo y se detienen las libélulas y se quedan inmóviles, semejantes a fuselajes de viejos aeroplanos volando contra el viento, aparecen por las tardes con extraños movimientos, esotéricos rituales y danzan en silencio cuando el sol refleja sus últimos destellos.

Son mensajeros prehistóricos con sus raíces profundas en el tiempo, rígidas, inmóviles se quedan las libélulas aunque una ventolera estremezca el lugar donde se encuentran, el cable se mece en el vacío y ellas yacen estáticas, son iconos del tiempo, modelo de supervivencia en lo perpetuo.

Y así han permanecido las libélulas desde tiempos inmemoriales, desde lo primitivo, como fósil viviente surcando los espacios. Siempre llegan aquí las libélulas y ponen sus grandes ojos en movimiento.

Llegan para hacerle compañía a mis pensamientos y paliar la persistente embestida, cuando inevitablemente en plena soledad, se me vienen encima los recuerdos.

 

Cástor A. Olivier O.

[Federico Landaeta]

 

ESTUPENDA PROSA POÉTICA, CÁSTOR

DISFRUTÉ MUCHO DE TU AGRADABLE NARRACIÓN

 

Bendiciones incesantes

 

[Jhonny Olivier Montaño]

Hermoso relato que te hace viajar con las libélulas, hacia donde tu cuerpo quizá nunca podrá ir algún día, pero sí tu pensamiento...

[N€nf@___Nancy Beatriz Fuentes]

Excelente,  y sentida su prosa Cástor.

Placer visitar su blog,.

Gracias

Abrazos