UN ALTO EN EL CAMINO

[Luis Francisco Pardo Huertas]

UN  ALTO EN EL CAMINO

 

                Hago un alto en mi camino… En las altas cumbres solitarias, allí donde perpetua la blanca nieve, tan lejano como ausente, en medio de esas vertientes montañosas, como el peregrino que escapa de la realidad y deja de lado los sueños, el fantasear del poeta, sin más compañía que la soledad, me internaré en ese corazón de hielo y roca, como el ermitaño desprovisto de emociones, con la inspiración muda, sorda, en un silencio sepulcral.

                Reflexionaré entre paréntesis en medio de los interrogantes, me haré esa última pregunta antes de poner mi mente en blanco, conversaré con Jehová, para que oxigené de las malas hiervas, de resentimientos ocultos, los buscaré hasta el último rincón no quiero recuerdos que tengan el veneno letal que acabe con lo poco que queda de mí.

                Quiero estar solo, alejado hasta de mi sombra, sin el fantasma de mi yo, perder mi identidad hasta no escuchar mi nombre, ni quién pregunte por mí, me olvidaré de tantas lágrimas derramadas, derramaré la última, para que en adelante solo sea el viejo ermitaño.

                Me prometí darme un tiempo, de conocer mi alma, de probarme a mí mismo de saber de verdad quién soy, me canse de llamados de atención, de que piensen por mí, que hablen de mí, no quiero que mi presencia haga más daño, sin buscarme el problema, los problemas me buscan me hallan, me atormentan, cercenan mi espíritu, doblegan mi nobleza, y se enceguecen en cólera, hay desconfianza, un mal síntoma que no tiene cura, ni sana mi razón.

                Quizá me tilden de loco, con problemas de alguna adicción anómala, si dirán muchas cosas a mis espaldas, conjeturaran que la depresión y el estrés me llevaron a huir, escapar del mundo social, de mi familia, del verdadero amor…

                Me abriré hacia lo desconocido, a tomar un baño de olvido, mientras ello acontece conversaré solo con mi Dios, nunca atentaré con mi vida, no me iré a beber licor, ni a desordenar mi vida en vicio alguno, no habrán drogas en mi sangre, solo me llevaré la biblia, unas hojas en blanco y mi alforja vacía, sin perjuicios, sin odios, sin venganza, ni deudas que me persigan, que me señalen y asesinen mi tranquilidad, buscaré en un lapso de tiempo mi paz, mi armonía.

                No me llevaré nada material, solo quiero que mi conciencia se enmendé en Jehová, partiré con un objetivo claro, el de conocer mi interior, de espiar mi corazón hasta limpiarlo de todo lodo, de escombros anómalos, de derrumbes causados con intención o no, así sea inocente, sanar las culpas dolientes de esas quejas, tontos reclamos que no me llevan a ninguna parte.

                Gracias a quienes le dieron a mi vida el ángel de la comprensión, que moldearon mi espíritu literario, al amor y sus estrategias concebidas, unas de cal, otras de arena, a mi amada musa Betty Miel, que en su última página me señalo de florido, de conversador imprudente al irrespetar el amor, nuestro amor, para que ello nunca vuelva suceder de despediré de los grupos, de ser el poeta de Facebook.

                Te llevaré en mi corazón como mi amada esposa, no romperé ese vínculo amoroso, no le daré la espalda a mi felicidad, la dejaré es estambay, hasta que la armonía extienda las verdaderas alas de la transparencia, y la esencia sea pura, jamás huraña ni desconfié nunca.

                Me prometí que el verdadero amor no debe tener arrebatos, ni ser frío, menos desconcertante, no debe lastimarse, ni tener el filo de una espada para decapitarlo, me hago a un lado para que se medite, reflexione con claridad y objetividad en verdad… ¿Qué es el verdadero amor? ¿Qué medición real debe tener? ¿Hasta qué punto debe ser perfecto?, ¿Que se debe hacer para no cuestionarlo como irrespetó?, ¿Me quiero conocerme para no ser pasto que pisotee llamados de atención?, el verdadero amor no debe estar atento al error, y menos conjeturarlo y hablar por él, malversar crear la contrariedad, ir por esa doble vía en busca de perjuicios no es sano, cuando se es de corazón limpio, la mancha no tiene por existir.

 

Leo Frank Park

Luis Francisco Pardo Huertas

Derechos Reservados de Autor

Colombia - Kansas City Mo.

09 07 2020

 

 

 Nota: no se cuando lo escribí porque me quedo sin fecha. Lo encontré por casualidad lo hallé y quiero compartirlo.

[Elias Antonio Almada]