Una historia de reyes...
Tres años ya, que Don Alfonso (73 años) organizaba en el depósito de su empresa textil donativos para su visita a niños de la sala de Oncología en el Hospital Dr. García, pero, esa calurosa mañana del 5 de Enero rompió su rutina y se dirigió a un lujoso café en el centro de la ciudad, sin perder tiempo, camino directo hacia el mostrador y hablo a un joven apuesto, que por su vestimenta y modismos era quizás, el dueño o bien el encargado del lugar.
Don Alfonso: Buen día joven quiero pedirle algo (dijo con voz fuerte)
Joven: Señor, tome asiento y en seguida un mozo lo atenderá. (Dijo con voz clara y sin mirarlo, mientras contaba dinero de la caja)
Don Alfonso: Ayúdeme señor no me siento bien (en voz baja)
El joven levanto la vista y vio como el empresario caía con sus manos el pecho, sin dudar salió corriendo a socorrerlo, ya, en el piso Don Alfonso miro al joven con cara de dolor y le dijo
Don Alfonso: ¿Me concederá el favor?
Joven: Señor, llamaré una ambulancia, no se mueva por favor... (dijo con desesperación mientras ponía sus rodillas de almohadas en la cabeza de Don Alfonso)
Don Alfonso: No…no se aflija no es nada, mi dolor es otro, y usted es el único que puede sanarme, ayúdeme a levantarme, si me da tiempo voy a contarle una pequeña historia y yo sanare y usted también (dijo en voz baja mientras con una mano acaricio brevemente la mejilla del joven)
El joven sin decir ni una palabra y sin entender lo que pasaba, lo complació, ya, sentados en una mesa…
Don Alfonso: Tranquilo José María, ¡Sí! Se tu nombre… y también se mucho más de ti, quisiera que me dejes hablar joven.
José María: Esta bien… (Dijo sorprendido y con voz entre cortada sin sacarle la mirada)
Don Alfonso: hace tres años comencé a vivir, si querido José María, aunque suene loco y todo te parezca raro diré tres cosas:
Primero: fingí que algo me pasaba, estoy muy bien, te pido disculpas si te asuste, pero, era la única manera que puedas prestarme real atención y me des tu tiempo.
Segundo: como te dije que recién empecé a vivir hace tres años, entonces solo tengo 3 añitos y toda la energía (sonrió)
Tercero: la historia empieza así… (Luego de una pausa)
Casi diez años me visito una mujer, costurera, estaba en un geriátrico y entre sus problemas de salud tenia falta de memoria, como empresario textil siempre, me pedía que le regale recortes de tela de cualquier tipo y color, nunca le pregunte para que, le regalaba una bolsa pequeña con recortes, dos o tres veces al año, no quería darle más, todo cuesta y mucho…
Trabajo desde muy joven, solo, logré una de las empresas más grandes, pero, hace tres años, a una semana de Reyes Magos, esta señora, que no sabía ni su nombre, me dijo si podía darle más tela por que no le alcanzaría, dije que no y en ese momento empezó a llorar, la miré y decía en mis adentros “llora por un pedazo de tela, que será lo importante que hace”, la quise calmar y explicarle que todo está difícil y caro hoy en día, pero no me dio tiempo y se fue corriendo, tropezó en la vereda, no la hacía arreglar porque era costoso y estaban las baldosas flojas… cayo fuerte, su cabeza dio en el cordón cuneta, empezó a sangrar, corrí desesperado, nunca más abrió los ojos, aunque la ambulancia no tardó en llegar nada se pudo hacer.
Ella siempre venía acompañada de una enfermera del geriátrico, mi empresa está a tres cuadras de ahí, esta vez estaba sola, me comunique y me dijeron que la buscaban, había escapado, ¡todo fue horrible!... cuando fui a su funeral me acerque a la enfermera, hablamos, me entere muchas cosas, su nombre, su profesión y que sus hijos la internaron allí y nunca más volvieron porque trabajan mucho, me sentía muy mal, primera vez en mi vida me sentía mal por alguien… entonces… después que termino todo, regresando, le pedí a la enfermera que me lleve a su cuarto, cuando entre, entendí para que usaba la tela, todo el año remendaba muñecos que recolectaba con una caja en la vereda del geriátrico pidiendo donaciones, ¡Mujer habilidosa!, dejaba nuevos a los peluches y no te digo los trajes que le hacía a las muñecas.
Cuando salí de la habitación, la enfermera llorando me dijo “mañana es reyes”… trabajo todo el día, y no podré llevar los juguetes a los niños, algunos a los que ella prometió ya no viven, pero otros si y la van a esperar… siempre la esperan… Quede mudo y como no entendía nada me senté en una mecedora desgastada y me contó todo, dijo que estaba totalmente abandonada por su familia, claro que me di cuenta cuando solo vi el personal del geriátrico en su funeral… también que tenía un hijo que se salvó de cáncer, pero todos los compañeritos de la sala no, y que ahí “Doña Rosita”…ahí me entere como se llamaba la señora, tuvo mucha contención y siempre volvía… como agradecimiento buscaba robar sonrisas a los niños.
Así es José María, yo soy el rey mago que reemplaza hace tres años a esta tierna señora. Ella me enseñó a vivir, he creado un imperio prácticamente solo, pero ¡para que lo quiero!, no tengo un nieto, nunca me case ni nada… no tenía tiempo, porque nada me importaba más que el dinero y mis negocios que tanto me costó… Se me fue la vida así y hoy que gano… si apenas entrare yo dentro de la tumba, y no dejo a nadie para que disfrute mis cosas. Esta es la historia querido joven pero lo mejor…
Don Alfonso hizo una larga pausa, luego del bolsillo de la camisa saco una foto y se la ofreció, mientras decía… ella es la señora que me enseñó a vivir. José María tomo la foto con sus dos manos y a penas la miro empezó a llorar.
Don Alfonso: Como no la reconocerías al instante querido José María... ¡Si es tu madre! (Dijo con voz emocionada y a punto de llorar), ella que les estorbó nunca se olvidó de ti ni tu hermano, ¡Ay, joven no destruyas tu vida como lo hice yo!, mira que hermosa tu cafetería y sé que vas a inaugurar la sexta, ¿No te gustaría que tu hijo o hija este jugando en las mesas?
Pasaron minutos en completo silencio, Don Alfonso se puso de pie y se retiró sin decir nada, el joven quedo sollozando con la foto en sus manos, el día transcurrió con normalidad, al llegar la noche, recostado el empresario, tenía un brillo en sus ojos que mostraban felicidad. El seis de Enero no tardo, llego con un sol refulgente, después de desayunar salió rumbo al hospital con dos camionetas repletas de cosas, una con juguetes y la otra con ropa de cama, colchones y todo lo necesario para la comodidad de aquellos niños.
En el hospital lo esperaba Elsa, la enfermera estable de la sala de Oncología, tenía una sonrisa en su cara tan brillante como el sol y salió al encuentro.
Elsa: ¡Don Alfonso! Siempre a horario, que grato verlo, gracias por sumar gente, los niños estarán felices
Don Alfonso: Hola querida Elisa, ¿Cómo que sume gente? (dijo sorprendido)
Elsa: Vaya hacia la puerta de entrada de la sala buen hombre (dijo Elsa emocionada)
Sin dudar, camino por el largo y sobrio pasillo hasta llegar a la sala, vio dos jóvenes disfrazados de reyes con muchas bolsas a su alrededor, era José María y su hermano, en ese instante, lloró sin miramientos… abrazados cruzaron la puerta, por primera vez en la sala de niños los Reyes Magos eran tres, desde ese momento, los reyes que van a visitar el hospital son tres como siempre debió ser, era el anhelo de Doña Rosita.
Con el paso del tiempo Don Alfonso y José María se hicieron amigos y crearon la Fundación “Rosita y sus magos” pero, esa… esa mis queridos amigos… es otra historia.
Comentario
Es triste que uno, o en este caso los personajes que pasa mucho en la vida real se den cuenta tarde cuando no hay nada mas para hacer, su corazón noble siguió a través de el empresario y sus hijos haciendo el bien, llore mucho al escribirlo, soy muy llorona, la plata hace falta no es la felicidad pero a costa de que!! la conseguimos, como tu duces el dolor con que falleció en total situación de abandono y desprecio. Gracias me has emocionado con tus palabras querida mía.
Qué historia mas bella, interesante, fascinante, tierna, dulce, triste, que enseña valores y realidades crudas de la vida cuando los hijos son tan ingratos y muchas personas viven solamente para ellas, creyendo que el dinero es todo cuando les resta tanta felicidad. Se adapta al adagio Munca es tarde cuando la dicha llega. La pobre señora murió con una pena muy grande y a pesar de estar rodeada de tanta ingratitud, tenía un alma tan noble, que compartía para hacer felices a los niños y demás personas que la trataban.
Agradezco tanto tus lindas palabras querido moderador, usted es un gran hombre con muchos valores y valoro mucho sus pensamientos, todo se rige por lo material todo es consumismo, todo se empaña por eso...se pierde tanto por hacer plata como perdieron estos personajes... Es un soñador mi estimado y contagia esa pasión, gracias por tanto respeto y cariño a mis letras. Besos.
Una historia que arranca suspiros y deja grandes enseñanzas a seguir. Creo que la vida en su conceptualidad debe ser espiritual y no material, como el hombre la ha llevado, total somos huéspedes en este mundo pero no nos damos cuenta. Felicitaciones Mamihega por tu hermoso trabajo, mis saludos para ti a la distancia
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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