Era la primavera del verso pálido, cuando pude comprender
que había llegado el momento expresivo para estampar mi
decisión, sobre el futuro de mi vida y dependiendo de tu
contestación; entonces estaríamos hablando de una
existencia en forma mancomunada y para siempre
Nuestro trajinar se ha vuelto en una escarcha que diluye
estos sentimientos, por mostrarse diáfanos al son del sol al
cual miramos y le pedimos siempre, nos cubra con sus tibios
rayos hasta el mismo momento en que esta quimera,
sea el bálsamo aromatizado por nuestras bellas caricias
No habrán fantasmas ni pensamientos sutiles, al hacer
realidad nuestras fantasías creadas, desde el mismo
instante cuando nuestras miradas se cruzaron en el azulado
firmamento; al condensarse en nubes este amor naciente,
por voluntad y aquiescencia de dos amantes que se desean
Vamos al santuario donde tu vas a conocer a este corazón
latiente, en su mejor gala por poner su talante en tu pecho
enamorado y cantar al oído: deja que te enseñe lo que es el
verdadero querer, dulce mujer del alma eternizada bajo
el manantial de la entrega sin fronteras ni obstáculos
Nelson
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