INTRODUCCIÓN
En este mundo pleno de lo inesperado,
de Incertidumbres que se alternan con certezas,
de la gran calma y lo desesperado
y de alegrías seguidas de tristezas...
Donde el hombre navega en frágil nave
sobre las olas del océano inmenso
que a la deriva lo lleva y nunca sabe
en que momento en el mar estará inmerso…
Es necesario despertar en el alma
si es que lo eterno aspiramos alcanzar,
pues es el despertar lo que traerá la calma
que nos permitirá al fin descansar…
Porque esa Bienaventuranza que es eterna
viene de la conciencia de existir,
ella traerá conocimiento de la terna,
de la ilusión nos instará a salir.
Suficiente razón para esta obra,
tenue reflejo de esa gran añoranza…
una razón que de por sí, basta y sobra...
el anhelo de alcanzar la Bienaventuranza.
Añorar ser consciente de esa parte Divina
que humilde mora en lo profundo del pecho
y que un día llegará, igual que el que camina
llega al fin a su casa y reposa en su lecho.
No nos anima pretensión literaria
pero si la esperanza de comunión interna
con Otras almas que con una linterna
busquen al hombre a plena luminaria.
Con almas nobles que busquen al Maestro Interno
en medio de este mundo de ilusiones,
almas que no hagan caso a las incomprensiones
y sigan adelante en busca del Eterno...
Arduo trabajo es vivir esta vida
tratando siempre de ser bien consciente,
es tan difícil mantenerse en el presente
porque en lo dual la mente prefiere estar sumida...
Y no es que el mundo no tenga su importancia…
si no fuera por él, no tendríamos la mente,
el cuerpo humano de por sí estaría ausente,
no existiría vejez ni existiría lactancia.
Pero este cuerpo es tan, tan importante,
que sus siete luceros iluminan el cielo,
sin él es imposible levantar nuestro vuelo,
sin él no habría camino pues no habría caminante.
Las flaquezas del hombre sólo son escalones
que lo encumbran más alto en su lento regreso,
los errores son signo de que existe el progreso,
si no existieran rumbos, no existirían timones!
Si el Sendero es angosto, con espinas y piedras,
demos gracias al cielo por esa gran ventaja
pues si a veces estorbarnos bien pudiera una laja,
también puede servirnos para asimos cual hiedra.
Un mal paso en la vida lo puede dar cualquiera
y esa piedra bendita que hace poco estorbaba,
puede ser que impidiera continuar la rodada
hasta el fondo del hueco. . . y uno la bendijera.
Cuántas veces caímos en nuestra trayectoria,
cuántas veces sufrimos todas sus consecuencias.
no es contar cuántas veces y armarnos de paciencia,
sino alzarnos por siempre, hasta alcanzar victoria.
Lahiri dijo: “Persevera, hijo mío,
persevera y un día alcanzarás la meta”
y una vez que recorras de la A hasta la Z,
fluirás hacia Dios cual caudaloso río.
Mi Gurú Yogananda le da tanta importancia
al tipo de persona que comparten contigo
porque El sabe que pueden convertirte en mendigo,
o en un santo que busque al Señor con prestancia...
El medio ambiente influye, él es tan concluyente
que un Gran Devoto puede desplomarse hasta el suelo,
su alma puede enfriarse hasta llegar al hielo
si se asocia con personas que no quieran ser gente...
Más si por el contrario busca la compañía
de personas devotas, de personas divinas,
observará la rosa sin clavarse la espina…
su vida será entonces toda una sinfonía.
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