La esperanza ya casi agónica estaba acostada sobre la cama;
la angustia tocó su corazón y la distancia el sentimiento. La peste había llegado, estaba cerca, disfrazada en las calles de mi pueblo, se propagó rápidamente, el hombre lamentablemente atentó contra su vida, jugó a la muerte súbita y se asesinó.
La cuarentena y el hambre tocó nuestras puertas y se instalaron desprevenidas, llenando de soledad y hastío los días, tiñendo de sangre las noches y de tristeza el mundo. El incrédulo se volvió creyente, el mísero más humano, y las súplicas a Dios eran infinitas. Es que el mundo se detuvo y estaba de luto.
Mi pensamiento se perdía en el silencio, desde mi ventana no veía un rayo de vida buena, sólo cándidas nubes estacionadas, el verdor de los cerros, un gran frío melancólico, el sonido del río pasando lentamente, y las carcajadas inocentes de la muchedumbre.
El mundo se detuvo ante mis ojos, sollozo, impetuoso, agotado, buscando un sincero acercamiento entre los seres humanos, demostrando también que es frágil y muy vulnerable. El mundo abortó con mucho dolor, vidas inesperadamente, dejando impregnando en el ambiente un olor a miedo en las naciones, y sólo recuerdos en los corazones.
La impotencia era desgarradora, la paz perturbadora, la paciencia se volvió intolerante, y las muertes agonizantes. Es que el mundo se detuvo, y aún ciertos payasos quieren ir al circo, aprovechan el desmayo para fomentar el odio y la ira.
Todo colapsó, el mundo se detuvo, pensamientos blancos y negros, días claros y oscuros, es tan simple de entender, lo más grande y preciado es la bella vida.
Amar, reír, ser libres, son los pilares fundamentales en nuestra vida existencial.
Hoy, usamos tapaboca para no hablar y guantes para no sentir, el que toca siente, y el que siente vive; pero nuestras miradas reflejan lo hermoso de nuestras almas; por ahora no hay bellezas, no hay riquezas, vanidad, mezquindad; quizás amor de lejos, un aislamiento total; tan solo abundan las ganas intrínsecas de llorar, la preocupación es voraz, el mundo se detuvo, y sólo Dios mediante nuestra fe, lo podrá salvar.
F.J. Aguilera Mendoza.
Comentario
F.J AGUILERA MENDOZA
Una narrativa profunda donde hay mucho razonamiento
Felicitaciones!
mary
FELICITACIONES UNA OBRA AUTENTICA Y OPORTUNA .
y agradecerte nos traslades en tan bello relato, las emociones de estos tiempos..
Hasta pronto.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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