MEXICO DONDE QUEDÓ NUESTRA GRANDEZA

[MARTHA MIRANDA GÓMEZ]

DONDE QUEDÓ NUESTRA  GRANDEZA

 

Por Martha Miranda Gómez.

 

Viajar dentro de nuestra historia  a través de una obra literaria y que dentro de sus líneas lleve el origen de nuestras raíces, me hace revalorizar nuestra patria, amar nuestra sangre indígena y conservar nuestras tradiciones como un legado histórico.  Conocer las características de nuestros antepasados  la dignidad con la cual enfrentaron la adversidad y su valor ante la sangrienta conquista, admirar su grandeza ya que antes de la conquista eran pueblos plenamente desarrollados dueños de una gran cultura, constructores de extraordinaria precisión levantaron grandes palacios y centro ceremoniales con la concepción del cosmos y la armonía del hombre con la madre naturaleza, su amoroso cuidado a la tierra y al animal que le servia de alimento.

 

Caballeros águilas, y tigres que con varas tostadas y flechas  nunca dieron la espalda la guerra de Cortés, grandes escultores  produjeron obras de incomparable belleza, como la diosa Coatlicue llamada la diosa de la tierra de todo lo creado la que determina el intermedio entre dos eternidades de ese breve rato para caminar en la luz, descubierta en 1790 en el Templo mayor de Tenochtitlan; en literatura construyeron hermosas figuras poéticas llenas de jade plumas y quetzales, narraciones las cuales describen sus guerras y  victorias su hambre y pestilencia su prosperidad y adversidad,   todo estaba escrito en libros, pintado en papel los que registraban su historia quienes llevaban la cuenta de los días y años acontecidos ahí, estaban sus leyes y ordenanzas sus patrones también servían estas figuras o pinturas para saber cuando tenían que sembrar, labrar y cultivar el maíz, todo en absoluto orden ya que eran testimonios dignos de memoria, hoy sepultados en el olvido porque fueron mandados a quemar en tiempo de la conquista por los españoles, creyendo que podrían ser  ídolos.

 

Construyeron suelos artificiales para la siembra, conductos de agua dulce por medio de canales, acequias, acueductos; crearon lagunas y pantanos artificiales.

 

Tenochtitlan estaba cimentada en medio de una gran laguna alrededor de ella una enorme plaza central de 160 metros por 180, donde resplandecían  edificios imponentes como; el templo de Huitzilopochtli, después en cierto orden iban sus construcciones, sus palacios de dignatarios, colegios, santuarios, casas señoriales, tiendas de artesanías o de comerciantes, depósitos y casas más modestas de adobe, juegos de pelota, en los barrios había un templo una pirámide en la cual creaban espacios de intercambio de comunicación. En las inmediaciones de México esta Iztapalapa y Texcoco lugar de nacimiento del Netzhualcoyotl.

 

El 8 de noviembre de 1519 fue una gran sorpresa, de admiración y de extraños sucesos en la gran ciudad de México eran  las dos de la tarde, una tropa de hombres a caballo todos revestidos de brillantes armaduras y cascos de acero y armados de una manera formidable, hacían resonar las piedras baldosas de la calzada principal, en el viento ondeaban los pendones con las armas de Castilla, y a la cabeza de las tropas seguido de un ejercito Tlaxcalteca, venia el poderoso y terrible capitán Hernán  Cortés, las azoteas estaban cubiertas de gente, en las calles se agolpaba la multitud para mirar de cerca a los hijos del sol como los indios los llamaban, unos querían tocar sus armaduras y caballos. Otros se llenaban de espanto. Moctezuma, vestido con sus ropas reales adornadas de esmeraldas y de oro, iba acompañado nobles guerreros los cuales salieron  a recibir a Don Hernán Cortés alojándolo en el palacio real.

 

Después la ambición nubló la mente un silencio profundo reinaba en la gran Tenochtitlan aumentaba el pavor y todo anunciaba una tormenta en el cielo y una matanza en la tierra. Moctezuma mudo y silencioso moría de despecho, y del dolor de haber visto el fin sangriento de su reinado, que de la herida que tenia en la cabeza, los soldados sacaron sus armas y comenzaron a matar a todos los que ahí estaban, al monarca le dieron cinco puñaladas, concluida la matanza sacaron los cadáveres y se incorporaron al resto de la tropa que avanzaba lentamente entre la lluvia y las tinieblas, resbalando en el lodo y en la sangre que como río corría por  las calles.

 

Hoy los eslabones que nos unían están rotos, perdidos ¿donde quedó su grandeza?. Habitamos el destruido palacio de sus reyes; subimos a sus desolados templos y caídos altares por dondequiera que vamos encontramos a nuestro paso vestigios de sus habilidades en el arte, de su opulencia y poderío.

Nuestra mirada sólo encuentra ruinas de un pasado glorioso.

 

Ante la avanzada extranjerización debemos defender nuestra identidad, es necesaria una reflexión colectiva sobre las culturas indígenas y mestizas, partiendo desde el momento de la conquista, la cual fue la llegada de los conquistadores a nuestra patria.

 

Las cartas de relación de Hernán Cortés al emperador Carlos V son consideradas como la primera literatura mexicana, en las cuales describe la grandeza de Tenochtitlan y valora desde su perspectiva manifestando la riqueza que ahí encuentra. Las cinco cartas fueron escritas en manuscrito las cuales se encuentran en original con otros documentos, en un códice de la biblioteca imperial de Viena.   

 

Cuando Hernán Cortés llegó con sus soldados a nuestra patria, manifestó su admiración eran tantas las maravillas donde sus ojos se posaban,  las grandes y anchas avenidas abrían paso a su fiel ejercito la mirada de los habitantes se desorbitaba al ver los caballos y a los hombres tan extrañamente vestidos ellos, no imaginaban que la vestimenta y sus joyas que colgaban de su persona despertaron la codicia de los conquistadores por la rica tierra recién descubierta. En medio de su asombro los indios  huyeron a los montes prepararon arcos y flechas sabían que tenían que pelear, pero  un capitán en su afán de convencimiento les hablo ante un interprete de su dialecto, éste les mostró los objetos que ellos desconocían proponiéndoles cambiarlos por el oro que ellos poseían. Nuestros pueblos vivieron momentos de admiración y de horror.

 

Los habitantes les ofrecieron a los españoles ricas vestimentas, gallinas y maíz con la esperanza de que abandonaran la ciudad y ellos al ver tanta riqueza decidieron poseerla.

 

Cortés narra a al rey Carlos V la sangrienta lucha entre conquistados y conquistadores  la derrota de Cortés llamada la noche triste  señalan que eran cuatrocientos soldados de Cortés contra cuarenta mil guerreros de gran Tenochtitlan y sin embargo lograron someterla imponiendo lengua y religión. Sus grandes y hermosos templos fueron destruidos  nuevas formas de vida levantaron pretendiendo sepultar nuestra sangrienta historia. bajo una lapida fría de la memoria.

Fuentes de: Cartas de Relación de Hernán Cortés

Editorial Porrua colección “SEPAN CUANTOS”