NAVEGANTE

[Daniel Mario Waldner]

NAVEGANTE

Dónde fuiste a naufragar navegante de cien mares,
conquistador afanoso de corazones de acero.
ganador de mil batallas y algunas que otras perdidas,
con mujeres bien ávidas y de las otras también.

Hasta que una flecha artera disparada a traición,
te rasgo el corazón haciendo agua tu cuerpo,
abandonaste la barca antes que la tristeza ahogara,
pudiste llegar a costa de ésa isla nostálgica.

Esa isla nostálgica… llamada soledad,
curtiste tus heridas entre sauces y timbúes,
te bañaba un roció de un viejo ceibo que llora,
tú necesitas silencio y, silencio es lo que sobra.

Solo escuchas trinares de pájaros que son reales
y, también imaginarios, estos no tienen colores,
son grises como la vida y mudos como el destino,
tal como perro salvaje tú te lames las heridas.

Un crepúsculo insensato te despierta una mañana,
sanado está tu corazón y reluciente tú mente.
Pronto para empezar y seguir en el camino,
buscado ese gran amor que se te viene negando.

Viste al amanecer pasar a una bella mujer,
de ojos color agua y de caramelo su piel,
sin apuros zarparás hasta el remanso las animas,
ahí la has de encontrar y, la colmarás de amor.

Navegante de cien mares ¡Por fin pudiste partir!

DANIEL MARIO WALDNER
04/05/2014