SOBRE LA OBRA “¡ORO! EN CALIFORNIA”
Luego de leer la obra ¡ORO! EN CALIFORNIA de Edith Amaya Sarasqueta de Jordan, resulta claro colegir que la autora piensa al igual que nosotros, que la capacidad de razonar sobre lo que ha de ocurrir depende en gran medida del conocimiento de lo que ocurrió en el pasado y por tanto, no puede menospreciarse la historia. Esta percepción se acentúa, si tomamos en cuenta que la escritora nació en 1915, lo que brinda a su creación literaria un merito además inefable.
En este orden de ideas, debemos recalcar que en una nación tan joven como la nuestra, la historia aún camina por las aceras de la mano de nuestros mayores y por ello, tenemos que ocuparnos de salvaguardar esa memoria originaria.
En nuestro país, la novela histórica tiene ya un largo camino, ahí están como ejemplos dignos de mencionar autores como Ramón H. Jurado, Gil Blas Tejeira, Rogelio Sinán, Acracia Sarasqueta de Smith (q.e.p.d.), Gloria Guardia, Justo Arroyo, Carlos Cuestas, Aquiles González y Andrés Villa, entre tantos otros. Y qué decir de América Latina en general, en donde este género ha sido más que desarrollado. Baste señalar como ejemplos: Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, El General en su laberinto de Gabriel García Márquez, La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa, y Ahí le dejo la gloria de Mauricio Vargas Linares.
Sin duda, la tarea del escritor no es fácil, antes de publicar una obra debe recorrer un duro camino para lograr que quien la lea se sumerja en ella para hacerla suya tal y cual fue creada o, como ocurre la más de las veces, para hacer nacer una nueva obra desde su propia perspectiva, desde su propia experiencia vital y por ello, incursionar en la novela histórica o historia novelada es difícil -pero muy necesario- pues esta dicho que quien no conoce el pasado está condenado a repetir sus errores. De ahí, que quien acepta el reto de escribir una novela como ¡ORO! EN CALIFORNIA, no puede olvidar, que cuando de expresar o dibujar el pensamiento, las sensaciones, situaciones, hechos existenciales, acontecimientos o experiencias se trata, la palabra adquiere su más grande significado y trascendencia, y se convierte incluso en elemento fundamental para explicar y valorar la experiencia humana. En este aspecto, la sagacidad y buen oficio de Edith Amaya Sarasqueta de Jordan le lleva a narrar este suceso de gran importancia histórica en tercera persona y de igual forma, mediante una voz omnisciente que le deja espacio para ficcionar, dentro de los límites razonables que permite una novela relatada desde y por personajes que deben mantener el hilo fiel de lo narrado.
Luego de leer los 10 capítulos y las 439 páginas del libro en comento, puedo expresar a su autora Edith Amaya Sarasqueta de Jordan que el esfuerzo de regalarnos esta obra, que narra una epopeya en que participaron hombres y mujeres de todo el orbe, valió la pena. Y como podría ser de otra manera, si hilvana de manera atinada y fluida una aventura impresionante, llena de acontecimientos asombrosos, que influyó en el curso de la historia de este continente.
Entre los méritos incuestionables de este enjundioso esfuerzo literario, debemos resaltar que los personajes, lugares y hechos narrados ayudan a mantener la tensión y ficción necesaria que exige el objeto de la novela, cual es a nuestro juicio, describir los acontecimientos sufridos por aquellos que arriesgaron sus vidas en la aventura de encontrar oro en California. Su autora, Sarasqueta de Jordan, describe la obra como una historia épica y lírica, y ciertamente lo es. En este sentido, el libro titulado ¡ORO! EN CALIFORNIA cuenta con múltiples capítulos que exponen, como hemos expresados, una empresa inolvidable. Allí están reflejadas, desde su primer apartado, Salsipuedes, y otros como Viaje Peligroso, Jugando con la muerte, Campamento de riqueza y miseria, San Francisco y La hora esperada, las características y condiciones del espacio-tiempo que componen aquella época azarosa.
No puedo pasar por alto, el hecho de que casi al final de la obra, la autora nos obsequia el siguiente párrafo, que resulta sin duda aleccionador: “…A veces, el político para poder llegar y tener poder debe hacer y aceptar cosas duras e inconvenientes que ponen en peligro la vida, la economía, la justicia y la libertad de los ciudadanos. Mi abuelo nos decía que el poder corrompe los hombres “y que los líderes de los partidos en ocasiones no son de fiar”. Abusan del poder hasta por encima de la Constitución y creen que “la justicia igual para todos es un bien político”. Idea incorrecta porque la justicia es para todo el que la busque, pertenezca o no a tal o cual partido de gobierno.” Felicitaciones a la autora por la acertada iniciativa de gestar esta novela.
ALBERTO O. CABREDO E.