AMOR A LA BAILARINA CELESTE.

[Antonio Oxté León]

 

Caída la gota de agua

Salpicada en principios de tiempo ignoto,

dos amantes corrían por playas desiertas

almas sin juicio divirtiéndose,

danzaban a la bailarina celeste, que curiosa

acechaba a una de las páginas de su propia historia.

 

Tal aventura, concluiría

en una gota  de vida

soñando después de tal experiencia vivida

corriendo en  sueños de  niña

que ella,  giraba y era al universo lanzada.

 

Cual gema iridiscente

sueños de azules guirnaldas

que adornan el oscuro cielo

donde los enamorados

vagan encontrando aliento.

 

Así nace la niña de los azules terciopelos

que anida en su seno, semillas

de vida y sustento.

 

Quién fuera la niña

que jamás se mancilla

y pura corre por su propio sendero

heredado de ancestral tiempo sin tiempo,

y amorosa siempre tiende sus brazos

a sus hijos.

 

Eres tú, la madre bondadosa

acunando  humanidades

de aquí y de extraños rebaños venidos del cielo,

a todos nos das cobijo, amor  y alimento.

 

Niña amorosa,

niña cantada, y venerada

deja decirte que siempre te debo,

que siempre te bendigo y respeto

a ti mi niña, Madre Tierra

espejo de luz de la Madre Celeste,

agradezco y amo por ser de ti materia consciente,

 

¡que estamos y vivimos en un paraíso

en todo instante!

 

 

 

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Antonio, hermoso y sensible poema a la naturaleza, hermoso de verdad, gracias, Amaralis

[Antonio Oxté León]

Gracias por tus comentarios tan alentadores pro amor a la naturaleza y por gustarte este poema. Bendiciones.