EL VENTILADOR QUE SENTIA FRIO
Había una vez un pequeño ventilador en una habitación soleada. Su propósito era esparcir aire fresco y refrescar el ambiente, pero había un problema: siempre se sentía frío.
A diferencia de los otros ventiladores, que se conformaban con la tarea de generar una brisa agradable, este ventilador tenía un deseo profundo de experimentar el calor. Anhelaba sentir el sol acariciando sus aspas y la sensación reconfortante de estar en medio de un ambiente cálido.
Un día, mientras giraba en silencio, escuchó a través de la ventana el sonido de los niños jugando en la playa. El ruido de las olas rompiendo en la orilla y las risas de felicidad resonaban en sus aspas. Sintió una fuerte envidia hacia aquellos que podían disfrutar del sol y el calor. Él decidió que ya era suficiente. Estaba determinado a encontrar una manera de experimentar la calidez que tanto anhelaba. Entonces, ideó un plan audaz: escapar de la habitación y aventurarse en el mundo exterior en busca de calor.
Con cada giro de sus aspas, el ventilador comenzó a moverse hacia la ventana abierta. Lentamente, se deslizó por el alféizar y se lanzó al mundo exterior. Mientras descendía, podía sentir la brisa cálida del verano acariciando su carcasa metálica, y se llenó de emoción. Aterrizó en la playa, rodeado por la luz del sol y el bullicio de la gente. Por primera vez en su vida, experimentó el calor que tanto había anhelado. La arena caliente se filtraba entre sus aspas y el sol bañaba su superficie, proporcionándole una sensación de dicha y satisfacción. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, el ventilador comenzó a notar que el calor era abrumador. Su pequeño motor luchaba por mantenerse en funcionamiento bajo el sol abrasador. Sus aspas giraban más y más rápido, pero se sentía exhausto y desesperado por encontrar una solución.
Entonces, se acercó a una sombrilla en la playa y se situó debajo de ella. Aunque la sombra le brindaba un respiro del calor intenso, también se dio cuenta de que su propósito original era refrescar y brindar alivio a los demás. Se sintió egoísta al buscar el calor solo para sí mismo, sin considerar cómo podría afectar a los demás. por ende, comprendió que su verdadero propósito no era buscar el calor, sino ofrecer comodidad a los demás. Decidió regresar a la habitación donde solía estar, con la intención de cumplir su misión de refrescar el ambiente y brindar bienestar a quienes lo necesitaran.
Con humildad y una nueva perspectiva, el ventilador regresó a su lugar y comenzó a girar nuevamente. Esta vez, lo hizo con una gratitud renovada por su capacidad de generar una brisa refrescante y un alivio bienvenido para aquellos que lo rodeaban.
El cuento del "Ventilador que Sentía Frío" nos enseña la importancia de apreciar nuestra función y propósito en la vida, así como la necesidad de considerar a los demás en nuestros deseos y aspiraciones. A veces, lo que buscamos puede no ser lo mejor para nosotros o para aquellos que nos rodean. Encontrar la satisfacción y la realización puede estar en servir a los demás y cumplir con nuestro propósito original.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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