En el fluir de la existencia,

la vejez emerge como un testigo silencioso

de los ciclos eternos.

Cada arruga cuenta una historia,

cada línea en el rostro

es un poema grabado por el tiempo.

En el reflejo de los días,

se encuentran las huellas del pasado,

mientras el reloj marca el compás de la vida.

La sabiduría se revela

en los detalles más simples:

el pentagrama del universo,

la frescura de…

La brisa acariciaba su piel desnuda,

impregnada del aroma del mar,

mientras sus manos dibujaban senderos de fuego sobre mi cuerpo.

Nos hundimos en la arena tibia,

entre ecos del corazón y jadeos ahogados por el rugido de las olas.

Su boca era un vendaval,

su piel,

un océano en el que me perdía sin querer regresar.

Cada caricia era una promesa incumplida,

cada gemido, un eco de deseo…

Cuando el mar me llama por mi nombre,

su voz me estremece como un amante en la penumbra.

La brisa ardiente acaricia mi piel desnuda,

y cada ola es una brisa marina sobre mi cuerpo ansioso.

Sus olas impregnan mis labios,

su vaivén me envuelve,

me posee sin prisa.

Me rindo a su abrazo infinito,

a la marea que me arrastra hacia lo prohibido.

Entre espuma y deseo,

el mar es mi amante eterno…

y…

Donde las Olas nos llevan

Sus labios sabían a mar,

a sal y a promesas entre las olas.

Su piel, húmeda y ardiente,

era un mapa donde mis manos navegaban sin prisa,

explorando cada rincón con la devoción de un náufrago encontrando tierra.

Sus gemidos eran el eco de la marea,

intensos, incontrolables,

atrapándome en un oleaje de deseo.

Nos hundimos el uno en el…