LA ESCUELA DEL TERROR

[ELISAIN MALDONADO]

LA ESCUELA DEL TERROR

Había una vez una escuela muy peculiar llamada "La Escuela del Terror". Esta escuela no era como las demás, ya que estaba llena de misterios, sorpresas y emociones escalofriantes.

En el primer día de clases, los estudiantes llegaban temerosos y curiosos. La directora, la Señorita Morticia, los recibía con una sonrisa tenebrosa y les daba la bienvenida a su nuevo hogar de aprendizaje. Los salones estaban decorados con murciélagos colgantes, cuadros que cambiaban de expresión y libros que susurraban en las estanterías. En la clase de matemáticas, el profesor Drácula enseñaba a sumar y restar utilizando murciélagos y vampiros. En la clase de ciencias, el profesor Frankenstein realizaba experimentos espeluznantes con partes del cuerpo humano y mostraba cómo cobraban vida. Y en la clase de literatura, la profesora Medusa leía cuentos de terror que hacían que los pelos se pusieran de punta.

Pero a pesar de todas las peculiaridades, los estudiantes de La Escuela del Terror descubrieron que no solo aprendían sobre cosas aterradoras, sino que también desarrollaban habilidades únicas. Aprendieron a enfrentar sus miedos, a pensar creativamente y a trabajar en equipo para resolver enigmas escalofriantes. Cada día en la escuela era una aventura espeluznante. Durante el recreo, los estudiantes jugaban al escondite en el cementerio del patio trasero, donde las tumbas servían de escondite y los fantasmas se unían al juego. En el laboratorio de química, creaban pociones mágicas que hacían que las cosas se transformaran en monstruosas criaturas.

Pero a medida que pasaba el tiempo, los estudiantes descubrieron que La Escuela del Terror también tenía un lado amable y cariñoso. Los monstruos que los rodeaban resultaron ser seres bondadosos y solidarios, dispuestos a ayudar en cualquier momento. Aprendieron que no debían juzgar a los demás por su apariencia, sino por sus acciones y corazones. Al final del año escolar, los estudiantes de La Escuela del Terror se graduaron con orgullo. Miraron atrás y se dieron cuenta de cuánto habían crecido, no solo como estudiantes, sino también como personas. Recordaron las risas, las emociones y los sustos que habían compartido juntos.

Y así, La Escuela del Terror dejó una marca indeleble en sus vidas. Los estudiantes se llevaron consigo lecciones valiosas sobre la importancia de ser valientes, de aceptar a los demás y de explorar lo desconocido. La Escuela del Terror siempre sería un lugar especial en sus corazones, un recuerdo de una época llena de emociones y aprendizajes inolvidables. Y aunque se separaron y siguieron caminos diferentes, siempre recordarían con cariño sus días en esa escuela única y encantadoramente aterradora.

[Elias Antonio Almada]

Muy buen trabajo, felicitaciones