AMOR DE MADRE

[Ana Arias Saavedra]

AMOR DE MADRE

 

IN MEMORIAN A MI MADRE 2013

 

Ahora que mi alma es un lamento,

por la sentida ausencia que sufro,

dirijo mi mirada al sacro cielo,

y en él, ansiosa la tuya me procuro.

 

Horadando con la mía en tu busca,

efervescente y ofusca que necesita,

requiebros de tu ser, tersa dulzura,

socaire de pastora que precisa.

 

Mi senda toldada y alicaída,

nublada por pericias de mi sino,

jugando conmigo a desmedida,

aviando en mi sendero espinos.

 

Espinos que tu amor de madre,

aventaba tenaz de mi camino,

con fuerza, voluntad y  coraje,

la dulzura de tu nítido cariño.

 

Ahora que resides en el cielo,

que alada eres astro una estrella,

que ya puedes leer en los  fueros

del cofre de mi alma, que te pena.

 

Pena deseando lo inlograble,

abrazada al cendal que lo recubre,

negándose a ver viento  imparable,

efectos de la vida que transcurre,

 

 

Queriendo ahora ya no puedo,

procurar de tu vera vero amor,

tan sólo enviar preces al cielo,

levitando inmersas en su dolor.

 

Dolor en el que vivo madre mía,

sinuosa encrucijada de mi senda,

adornada de brotes de alevosías,

de mi artero sino que las siembra.

 

Quisiera pedirte si es que puedo,

regreses del cielo, tu celeste morada,

a vivir conmigo uno de los  momento,

de todos aquellos en tu alba hollada.

 

 

Ahora madre mía, más que nunca,

necesito vivir la esencia de tu amor,

ascuas que mancillan con dulzura,

afrentas de la vida en sima del  horror.

 

Quisiera sentirte, tenerte  a mi lado,

como el mar quiere  sus preciadas perlas,

el orbe al sol irradiando fulgentes halos,

mi corazón tus tersas manos que serenan.

 

 

Serenan a mi clamorosa, triste alma,

alelada ante aunadas densas cortinas,

humareda que baldía de duelo alcanza,

llevándome tenaz , cual reo por cautiva.

 

 

 

Por este sendero de espinosa vida,

Que ornado en florituras yo quisiera,

en la regalía de sentirme madre mía,

tan sólo un míneo momento a tu vera.

 

 

No creas que ello en mi  lograría

calmar insistentes ansias de tenerte,

pues ya ves que se acucia cada día,

la pena de saberte en ser yaciente.

 

 

Los besos que te di en finada estadía,

en tus nacaradas mejillas como hielo,

los llevo estampados en mi vida,

como tú llevaste mis lágrimas de duelo.

 

 

Abrazada a tu inerte cuerpo dormido,

rogué al tiempo en nosotras deparase,

un tiempo sin tiempo transcurrido,

un estado del cual poder halarte.

 

Halarte de tu inercia, regresarte,

al hogar que vive en la penumbra,

llorando por su estrella rutilante,

clamando por su luz que no lo alumbra.

 

 

Volviendo a reconformar el estado,

sintiendo en mi ser amor de madre,

dulce éxtasis de amor embriagado,

en el llar que sin ti de amargura yace

en silente y magna  tristeza desolado.

 

Desolado en contundente desarraigo,

de su amorosa tea encendida, prendida

aura amadora, que briscaba en halos

los silencios, cual cendal de atardecida.

 

Florecido jardín que enarbolaba,

ecuánime alborada, bella aurora,

acrisolando a su paso tristes almas,

las punzantes aristas de las cosas,

 

Cosas en tus manos, como salmos

tornábanse en melodías celestes,

a corazones sufriendo agravios,

de tu mano devenían refulgentes .

 

Refulgente estada nos has dado,

la esencia de ti misma regalado,

el bien que no puede ser comprado,

pues del alma nace en caudal sagrado.

 

Sagrado expandía tu alma enardecida,

prendida a tu céfiro envolvente,

que baldío de ti, sin rumbo  oscila

oteando, horada vientos para verte.

 

 

ANA ARIAS SAAVEDRA

 

[dalila m. flores díaz]

Ana , tranquilidad y sosiego, seguro tu mami está orgullosa por tan sentidas letras y desde su nuevo hogar te bendice y acompana, un fuerte abrazo.Dalila

[DIOSELINA IVALDY DE SEDAS]

Es todo un homenaje a tu mamita, me da gusto haber leído este poema con dolor a ausencia.

 

Un abrazo,

[Norma Cecilia Acosta Manzanares]