AUSENCIA "Es el canto del zorzal"

[ELISEO LEON PRETELL]

AUSENCIA  Autor : Eliseo León Pretell *Poeta peruano Houston Texas, EE UU  Es triste amar de veras, a lo que no esta cerca, porque uno necesita, mirar para querer. Escuchar sus palabras, gozar de sus caricias, sentir esas delicias, que brinda el otro ser.   Yo pensaba es muy justo, separarse algún tiempo, creyendo que la ausencia, acrecienta el amor. Ahora me doy cuenta,  todo es una mentira, la distancia es olvido, sufrimiento y dolor.   Este tiempo señores, no se parece al de antes, que todo se dejaba y se encontraba igual. Pues hoy todo ha cambiado, el mundo anda perdido, engaño, burla, olvido,  traición y mucho mal.   No se debe estar lejos, de la mujer que se ama, porque el amor reclama, calor para crecer. La distancia produce, miles de conjeturas, que al amor la trituran y hacen languidecer.   Cuando el amor se aleja, creo ya es preferible abdicar y sentirse, solitario otra vez. Porque donde se queda, o allá donde se ha ido, no falta otro silbido y besos por doquier.   Lo bello de las cartas, tan solo son palabras, términos recogidos, para llenar papel. A veces el que firma, al pie de la misiva, no ha hecho lo de arriba, le dictaron a él.   Escribir es muy fácil y franquear lo mismo, fingiendo con cinismo, “ te amo mucho más”. Se idealiza, e ilusiona, aquel que la recibe, creyendo en el que escribe, embustero y falaz.   Nadie tiene la culpa, tan solo la distancia, que anula la constancia y hace desfallecer. La ausencia es agua helada, en un amor candente, congela  de repente, a uno y otro ser.   Para mí la distancia, es descuido y falsía, la ausencia es desmemoria, negligencia y traición. Pobrecito el que cree, lo adoran desde lejos, así amaban los viejos, ahora sólo es ficción.   La ausencia es torbellino, llevando lo más firme, es nubarrón cubriendo, un mundo forestal. Un verdugo que mata, eso que al despedirse, se juraron dos almas, una tarde invernal.    Derechos reservados E-mail: [e-mail] E-mail: [e-mail] E-mail: [e-mail]   Cuando caigas en tierra, levántate otra vez y grita contra todo pronóstico: «Mañana me irá mejor».