Cambur verde

[Juan Francisco Lara fernandez]

Cambur verde                                                                                                                                                                                                                                         Cuando mis hermanos y yo éramos niños  nos contaron esta anécdota que es graciosa y a la vez  perversa y escatológica pienso que hay en ella una lección de vida .                                                      por allá en los años cincuenta  caracas  era una ciudad en crecimiento, el gobierno de entonces una dictadura militar, invirtió mucho dinero en grandes obras, edificios y construcciones monumentales símbolo de aquel gobierno que buscaba la aprobación nacional e internacional  …..   Había empleo en todas esas construcciones y la gente del campo emigraba  a esta ciudad buscando un futuro mejor ,una de estas tantas familias   era la de mi madre  venían de Bocono un pueblo bonito de las montañas andinas.                                                                                                                    Así Vivían  todos trabajaban por el sustento estaban sembrando la semilla de un futuro .     mi madre tenia un primo de nombre ……  un hombre joven  medio zagaletón  que  trabajaba  en una de esas grandes construcciones,  llegaba por las tardes de visita  en la casa de mi abuela por los lados de Lidice Llegaba  cansado  y hambriento, Se sentaba un rato en la sala saludando y conversando con todos esperando que le ofrecieran algo de comer, la abuela siempre guardaba algo en la cocina y le ofrecía, ya en la mesa aquel hombre engullía  rápidamente lo que había en el plato  siempre tenia hambre. Tenia ….. La costumbre de comerse primero el arroz la pasta o lo que hubiese de contorno y dejaba para ultimo lo mas sabroso  la carne o el pollo o lo que  a el mas le gustaba .   Un día como  de costumbre  paso ……. Por aquella casa , donde lo esperaba  la abuela con un plato rebosante  de caraotas  aliñadas  a la andina  con trozos de  cambur  verde,  el primo ….. Devoro con alegría  aquel  suculento  manjar  y como siempre dejo en el fondo del plato  lo mejor  un trozo de cambur verde  dispuesto a deshacerse en  su boca  ,  cuando no quedaba ya mas nada  el primo  …… comió  lentamente  el bocado  solo para darse cuenta  que no era lo que pensaba  sino un ratón grande y gordo que por alguna razón había  caído En  la olla, el hombre  salió  al patio a arrojar lo que tenia  en la boca  se puso pálido  pidió disculpas  y  se despidió,  tenia mucha pena   y un mal sabor  en la boca que le duraría semanas . Pero  el lunes siguiente  ahí estaba ……. Bromeando  con todos  acerca de lo que había  pasado  y esperando con disimulo  la  sabrosa  comida  de la abuela  .                                  Muchos años  han  pasado desde que el primo…… se   comió el ratón  tal vez mas de cincuenta  pero  todavía nos hace pensar  en aquello que le paso.¿ Sera bueno eso dejar  lo mejor  para  lo ultimo?                                                                                                 .                                                                                            .                                          Cagua   2009

[Juan Francisco Lara fernandez]

Gracias amigos por sus comentarios.

[Tere Matthews]

Simpático e interesante relato que será parte del recuerdo familiar por muchas generaciones.  Gracias por compartirlo!      

Mi abrazo,

Tere

[CARLOS EGISTO ANTINORI ASCOY]

UN CUENTO ANECDÓTICO, REALIDAD O FICCIÓN, PERO QUE ASCO PASARSE UN RATÓN, EN FIN IMAGINACIÓN DEL AUTOR, SALUDOS

[LCDA. MIRNA LOPEZ BAEZ]

jajajajaja pobre primo, o pobre ratón hay que ver bien cual es el pobre, si el ratoncito que paseaba por la cocina y cayo en la olla o el primo que se lo comio, de verdad esa anecdota la recordaran siempre jajaja

un abrazo

Mirna

[Federico Landaeta]

 

E S T U P E N D O      R E L A T O,      J U A N      F R A N C I S C O

bueno... pues por lo visto, NO...

 

Bendiciones incesantes

 

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Espero que el ratón. por lo menos, haya estado bien aderezado. Gracias por compartir esa anécdota. Un abrazo, Chente.